Trasnochadores de todo tipo calientan el Teatro hasta el final

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Llegan los cuartos. Y dejan tras de sí una noche grande, tanto por lo
visto sobre las tablas como por el ambiente del Gran Teatro.
Personalidades de todo tipo se acercaron al templo de los ladrillos
coloraos con una sonrisa. De nuevo el portuense Javier Ruibal ocupó el
palco del pregonero, junto a amigos como Manu Sánchez (monologuista y
presentador de Colgados con Manu) o Pepito el Caja. Junto a ellos Canal
Sur, que retransmitía en directo para su segunda cadena la primesa
sesión.

Muchos de los famosos venían a ver a la comparsa de Jesús
Bienvenido. Como Pasión Vega. La pregonera de 2007 sorprendió en la
tercera fila del patio de butacas. Camuflada entre el público, disfrutó
como una niña de las agrupaciones.

Lamentablemente no todo fueron momentos felices. Algunos
componentes del coro Los Cañamaque abandonaban la escena entre
lágrimas, descontentos con su actuación. «Son cosas que pasan», animaba
Zamora a los suyos.

Imprecisiones, errores. Menos dramáticas las situaciones de la
chirigota y el cuarteto. Uno de la Big Band iba perdiendo
caracterización conforme avanzaba el repertorio. Primero sin labios,
luego pintándoselos de manera artificial, y centrando todas las
miradas. Más dolorosa la anécdota del cuarteto del Morera. El
sanguinario asesino de doble personalidad endiño (sin querer) tal
cabezazo al alcaide que le dejó sangrando durante un buen rato.

Otro personaje público acudió ayer por primera vez al Gran Teatro.
Hacía mucho tiempo que no se veía por Cádiz a Moisés Israel, mano
derecha de Arturo Baldasano en su gestión al frente del club amarillo.
Hacía cumplir «el sueño de mi madre», que con 77 años pisaba por
primera vez el Falla. Han sido muchísimas horas frente al televisor,
siguiendo el Concurso a través de la pequeña pantalla, y ayer los dos
cumplieron uno de sus deseos.

Ambos disfrutaron a rabiar con el cuarteto y esperaban con impaciencia la actuación de la chirigota del Canijo.

El palco de antifaces también estaba repleto, con Ángel Subiela y
el recién estrenado Carli, Faly Mosquera y Julio Pardo, entre otros.

Repleto

El ambiente se iba caldeando cada hora que pasaba. Ya no hay
cabeza de serie, y por eso lo mejor se reservaba para la segunda parte.
El cuarteto levantó al público con una actuación mucho más convincente
que la de preliminares, y con recadito incluido para prensa y crítica
consiguió arrancar las más grandes carcajadas.

Pero el momento álgido llegó alrededor de las doce y media de la
noche. Paraíso, a 200 grados, puso en ebullición a los demás graderíos.
«Que bote Pasión Vega, que boten las ninfas, que bote el jurado,…»
Todo el Falla botó. Hasta la comparsa de Los trasnochadores puso el
cementerio patas arriba con su meneíto obligado. En Gallinero hasta se
escucharon los sones de la conga de los vampiros. Nadie por los
pasillos. Todos ocupaban su sitio.

Hirviendo dejó la sala la agrupación de Bienvenido, lo que supieron
aprovechar los chirigoteros del Canijo y los Majaras de El Puerto. De
nuevo muchos aficionados en pie despidiendo a estos grupos que año tras
año reviven esa hazaña

Y así hasta el final. Por vez primera el Gran Teatro aguantó más
allá de la medianoche sin huidas despavoridas. Ni un hueco en butacas,
ya que prácticamente se ha colgado el cartel de no hay billetes para
todas las sesiones de cuartos de final. El buen ambiente está
garantizado. Y las buenas coplas también.