Listos. ‘Los listos’. Los primeros de la clase. La comparsa de García Argüez, de Noly y de Aranda, tiene Ángel. Subiela, quiera o no quiera, quieras o no quieras, ya impregna con su personalidad cualquier comparsa. Por experiencia, historia, por ideas, porque es el director más importante del Carnaval de los últimos 30 años sin haber escrito un verso ni compuesto un pasodoble. Incluso sin tener una voz especialmente bonita. Pero por sus manos han pasado los mejores: desde Ares a Aragón, de Tino a Martín y los Carapapas, hasta llegar al Chapa y a Sánchez Alba. Algo tendrá el menda para coleccionar premios y agrupaciones inolvidables.
A escasas horas de su estreno en el Falla, este Benjamin Button gaditano rejuvenece en forma y fondo. Nervios que se digieren con veteranía para plasmar tantos meses de trabajo en media hora sobre las tablas del Gran Teatro. Cualquier detalle puede arrojar por la borda la mejor intención. Una peluca, el atrezzo, la disposición… Además, el protagonista carga de antemano con el pleno convencimiento de que la exigencia es mayor si él aparece en el centro de la escena. “Sí, con lo que me exigen, yo tengo que arriesgar”, insiste.
“Debo arriesgar mucho. Es un canon que tengo que pagar porque se me han ocurrido tantas ideas (buenas y malas, aunque las primeras inclinan la balanza) y he sacado tantas comparsas, que tengo que pegar desde el primer día y en todos los pases”. Ya terminó su actuación en la Final con ‘Los luceros’ señalándose los dedos, “ocho pasodobles”, y es que considera que parte en desventaja con competidores que se pueden guardar repertorio y les vale con triunfar un solo día.
Precisamente aparece el 2020 como idóneo para superar ese mal sabor de boca que dejaron los fareros. “No era mala ni mucho menos, pero nos creamos una presión absurda, no sabemos por qué (decían que era nuestro año), y no disfrutamos ni dimos con la tecla como pasó con ‘Los doce’, ‘Los equilibristas’ y ‘Los prisioneros’. No es esa comparsa de purismo con toques novedosos. Así que con ‘Los listos’ nos proponemos pasarlo bien”.
En esta comparsa es clave la figura de Manuel Sánchez Alba. Para los aficionados de hondura no necesita presentación, pero quizás haya algún neocarnavalero distraído que necesite una pequeña ‘masterclass’. “Noly estaba muy malito el año anterior pero estos meses ha venido más y eso se nota en la manera de cantar el pasodoble. Es un genio, un sabio, lo que no ven 16 personas lo capta él, una simple nota que todo lo cambia. Está como está y cuando entra nos da vida. Se calla todo el mundo porque nunca habla en balde. Está muy fresco de mente, con mucha lucidez, se ha recuperado tras pasarlo mal y es otra persona”. Su aparición en el documental es un salmo en la Biblia del carnavalero.
Vestirá con sus notas las letras de García Argüez, el ‘Chapa’, uno de esos poetas que han elevado la categoría literaria de esa fiesta. “Está en el podio de los mejores. Es alucinante y se trabaja muy bien con él”. Compone desde la primera hasta la última cuarteta, y Aranda le pone la partitura a los poemas. Las salidas de Jona y Juan Pérez han obligado a una pequeña renovación, incorporándose al grupo Carlos ‘Chino en la caja, más Javi Otero, Edu Brihuega y Andrés Cruz.
Le tocará abrir fuego el primer día justo después de ‘El botas’. “Pudo ser un jarro de agua fría al principio, pero creo que le podemos sacar ventaja. Hay años en los que te interesa ser de los primeros y otros de los últimos, porque hay mucha expectación. Lo que más me enfada es que no se arrastren los puntos de preliminares. Me obligan a pegar pero luego no vale. Este Concurso si lo quiere hacer peor, no serían capaces”.
Por ello ve la competición en la modalidad como “una incógnita. El rival más duro es Martínez Ares, es tonto el que no lo vea así, y hay un grupo de 5-6 que podemos estar en la final. Además de un ramillete de grupos interesantes como el de Jona, Germán Rendón, los niños sin nombre…. y no lo digo aparte por calidad, sino por juventud”.