Salvador Fernández Miró es uno de los rostros más conocidos del Carnaval callejero. Un estandarte del romancero. El dentista más carnavalero es un apasionado de la fiesta en sus días grandes, y reconoce sus ganas por volver cuanto antes a la calle. Asegura que su idea es bien sencilla. “El Carnaval sólo se puede celebrar en febrero. Hacerlo en otra fecha es un sucedáneo, y se le puede llamar como se quiera, pero no es Carnaval. Igual que la Semana Santa sólo es en esa semana, por mucho que durante todo el año salgan procesiones a la calle. O la Navidad es el 25 de diciembre”, argumenta.
No es una crítica al Ayuntamiento, “pues la decisión del cambio de fechas no es algo que me moleste ni me deja de molestar. Lo más importante y que a veces olvidamos es que estamos sumidos en una pandemia, todavía sigue muriendo mucha gente y no nos podemos fiar. Que no se olvide”. Por este motivo, cree que es demasiado pronto para saber qué ocurrirá. “No sé si la gente saldrá a la calle en febrero o si el Concurso se va a celebrar en mayo y junio, porque no soy adivino. Eso lo tendrán que decidir las autoridades sanitarias y administrativas y será en su momento”.
Eso sí, si remite la pandemia y hay garantías de salud, cree que los gaditanos se echarán a la calle en su fecha tradicional, finales de febrero, “salvo que nos lo prohíban”. Y hasta le gustaría preparar un romancero. “Si puedo salir, salgo. Pero será en Carnaval. En junio es que no me apetece, pero es que la clave es que a nadie le obligan a salir. Que cada cual decida lo que quiera”.

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Lamenta que “el Carnaval de Cádiz esté tan condicionado por el Concurso del Falla. Hay un porcentaje altísimo que sólo piensa en el COAC cuando piensa en el Carnaval. Pero hay otro grupo que pensamos diferente, que no nos importa el Concurso y consideramos que son dos caminos diferentes y por tanto no pueden recorrer la misma senda”. Le valen los argumentos para desplazar el COAC, “porque no les da tiempo a reaccionar, pero a los callejeros sí. Y cuando llegue el momento empezaremos a preparar nuestro repertorio pensando en febrero. Si no se puede, pues habrá que meterlo en la nevera”. Dos caminos, Concurso y Calle, que suelen discurrir en paralelo pero que podrían haberse separado en este 2022 tan extraño y pandémico. “Es que con el COAC no empieza el Carnaval. Es más, cada vez comienzan antes a cantar en el Teatro”.
En su opinión, “un Carnaval en la calle si las agrupaciones del teatro no queda deslucido ni descafeinado. Tampoco sin coros en la plaza, que sí podría ser más tradicional. Aún así, es cuestión de echarle imaginación y no descarto que si se supera el covid en los próximos meses hasta las bateas puedan salir en la fecha habitual, aunque sea cantando coplas de antología”.
Salvador ya sólo disfruta el Carnaval en la calle, “y salvo que me lo prohíban saldré a disfrutar”. Aunque hace algunos años que se encuentra en el dique seco, “no me he retirado. Si encuentro un tipo y un romancero que me atraiga me encantaría volver. Pero en estos momentos mi preocupación es la pandemia. No soy de esa gente que vive para el Carnaval”.