Valoración: REGULERO
El coro de Mérida hace una presentación original, de pura potencia. La música, con la batería y bajo puede rechinar a quien busque un tono clásico. La música es una adaptación de ‘Freedom’. Es espectacular la cantidad de público que han arrastrado de Mérida, que los jalean en todo momento y que los hace sentir como en casa.
Llega el momento del tango y aquí los sones son más clásicos. Sin pasarse. Tras la heterodoxa presentación, optan por el academicismo para la falseta. En el primero, “hace tiempo que sembraste en mí la semilla, en mi tierra tengo un trozo de Tacita”, a cómo Cádiz le ha influido para el Carnaval. Hacen un repaso por algunas de las agrupaciones que más les han influido. Vale el mensaje, pero lo de hacer párrafos con nombres de agrupaciones está más visto que el tipo de pierrot. “Y estando orgulloso de ser corista y romano no se me olvida hermano que estoy cantando en tu tierra y esto es la cuna del Carnaval”. El segundo, a un homosexual que sale del armario tras años de matrimonio. “Vivo un quiero y no puedo que no me permite que sean reales mis sentimientos”. Remata con que encuentra “el amor de otro hombre llama a mi vida y me volví a enamorar”. Bonitos, pero les han faltado cierta contundencia en las letras.
Llegan los cuplés del vistoso coro. Empiezan con un juego de voces estilo Locomía, que inspira en parte la idea del tipo y el nombre de la agrupación. El primero, a las dietas, “el efecto rebote su cuerpo lo sufrió, que mi primo en vez de -ya se lo imaginan-ahora tiene un acordeón”. Enchampelan los cuplés. El segundo, al intercambio de parejas. Una parejita va a un local y descubren que “esos que están zumbando son tu marido y mi mujer”.En el estribillo nos dicen “que la pinta no te lleve a engaño, como el abanico tengo el tamaño”. Simpáticos, pero el acento en algún momento te saca de la agrupación.
El popurrí empieza como una fiesta, al ritmo de los ‘Jackson five’. El bajo y la batería desde el primer momento hacen que no suenen como podría (algunos dirían ‘debería’) esperarse de un coro. Alternan mensajes festivos con reivindicativos (contra la homofobia). En una cuarteta, dicen que Abascal “no es un macho men, qué bien lo pasamos los dos. Va de tío duro y no, no lo es. A mí me rompió el corazón”. No deja de ser irónico su letra contra la homofobia para hacer después, en resumen, el chiste clásico de mariquitas sobre el cabecilla de Vox. El ritmo no da tregua, acaban a ritmo de las palmas del público. Llega el final de Coromía y el teatro se viene abajo. Qué bonito es tener paisanos tan fieles. Han disfrutado mucho y han hecho moverse al patio de butacas.
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FOTOS: Coro Coromía en el COAC 2020