CARNAVAL DE CÁDIZ 2020

Pasión Vega: «La mujer tiene que estar presente porque son tiempos de igualdad»

La cantante y pregonera del Carnaval en 2007 cree que las agrupaciones ilegales han evolucionado mucho más rápido que el Concurso oficial del Falla

Por  8:00 h.

Nacida en Madrid casi por accidente y boquerona de sentimiento porque se crió en Málaga desde los tres años, Pasión Vega, es mujer de sonrisa permanente y contagiosa. Reconoce abiertamente que tiene querencia por el sur y por su tierra y vive enamorada de Cádiz desde que la Trimilenaria le susurró al oído sones de amor. Pasión es gaditana «porque así lo quiso el mar».

 

La cantante recaló en Cádiz por primera vez, –«ojú, hace ya muchos años»–, cuando vino a grabar una canción que le había compuesto Antonio Martínez Ares escrita expresamente para ella: ‘Nana para un Rey’, una canción de cuna que se incluye en el disco ‘Villancicos Piratas’. Pasión tenía alrededor de 17 o 18 años y hasta ese momento lo que había hecho habían sido versiones de clásicos de la copla y otras canciones. Ahí surgió el flechazo con la ciudad, con su gente y con la agrupación que cantaba en ese momento con Martínez Ares. La siguiente vez que regresó vino para cantar en el Pemán y en el Falla pero ya se había rendido a la magia de Cádiz porque ya corría por su venas el embrujo de La Caleta. Como explicaba en su pregón: Llegó «buscando canciones, atada quizás al viento de Levante».

 

Pasión rememora nostálgica las noches en que se quedaba en vela para ver en la televisión, –acompañada de familia y amigos–, la gran Final del Falla. Tiempos no tan lejanos pero en los que no había ni redes sociales ni difusión a través de internet que permitiera volver a ver los pases. «Seguía el Concurso a través de Canal Sur y de la radio y disfrutaba con el humor y el ingenio como una aficionada más.

 

Su querencia por la ciudad se consolidó con los años y la cantante decidió venir a vivir a Cádiz donde halló «una gente maravillosa» y se encontró a sí misma. Su primera pareja era componente de la agrupación de los Carapapa y eso hizo que se metiera de lleno en el mundo del Carnaval: asistía a ensayos, iba al teatro Falla y vivía el carnaval en la calle. «Fue como una ‘masterclass’ que me permitió conocer a gente mágica».

 

En el año 2007, fue pregonera del Carnaval cogiendo el testigo de José Guerrero Roldan ‘Yuyu’ y cediéndoselo a su amigo Ares. «En el pregón me ayudó muchísimo mi querido y admirado Jesús Bienvenido con el que estuve trabajando porque queríamos hacer algo muy poético. Usamos muchas coplas clásicas, de Paco Alba, de Paco Rosado y hubo un poco de todo porque salieron muchos compañeros y compañeras de agrupaciones; Jesús también vino a cantar conmigo». Fue sin duda una noche de nervios y sentimientos donde no faltó a la ‘Habanera de los ojos cerrados’, de Antonio Martínez Ares. «Lo recuerdo de una manera entrañable aunque quizá los nervios del momento no me permitieron disfrutarlo tanto como cuando lo he vivido posteriormente acompañando a otros amigos. Estaba muy nerviosa porque nunca había hecho nada parecido y era una gran responsabilidad corresponder a una ciudad que me había acogido con tanto cariño y que me había adoptado como una hija más. Fue una de las noches más bonitas que he vivido en mi profesión».

 

El impacto de Las niñas

 

Asegura que la primera vez que vio una agrupación íntegramente femenina fue en una esquinita en la plaza Macías Retes. «Eran Las Niñas y no daba crédito. Me parecieron impresionantes y eso me ayudó a comprender que la figura de la mujer en el carnaval tenía que estar mucho más presente porque debía de ser igual que la figura del hombre. Vamos poquito a poco y todavía queda muchísimo camino por hacer». Pasión cree que también hay empezar a cuidar las palabras que se utilizan en las coplas y, por supuesto, que hay que «mimar la integración de la mujer en todos los aspectos de la fiesta para que su participación llegue a parecernos tan natural como lo es la del hombre».

 

La cantante enfoca su mirada en la responsabilidad del público: «todos debemos ser conscientes de que no siempre lo que es tradición es lo más apropiado. Las costumbres evolucionan también y no porque estemos acostumbrados a un tipo de voces y a un tipo de sonido, es mejor que el sonido mixto». Para la pregonera hay coros mixtos como el de Rivero que empatan y empastan las voces de una forma impresionante. «Las tradiciones tienen que renovarse. La música siempre está viva y tiene que ir con el tiempo; y son tiempos de igualdad», indica rotunda.

 

Mujer y carnaval

 

En lo referente a la evolución del Concurso oficial, la pregonera considera que con el paso de los años se ha producido un giro bastante interesante en la manera en que las agrupaciones hablan de la figura femenina. «Antes siempre aparecía pero como poesía, como algo a lo que se le cantaba, bien sea por su belleza o por su saber estar. Incluso la figura de las ninfas, –que permanecían expectantes, en el palco–, era algo de otro tiempo que no había evolucionado. Poco a poco esto ha ido cambiando gracias a la valentía de muchas mujeres que han roto esos esquemas».

 

La calle es diferente

 

Para la malagueña, las ilegales han evolucionado con la sociedad y han ido mucho más rápido que el COAC respecto a la inclusión. Pasión apunta que en las agrupaciones de la callejeras, incluso en los coros, se refleja esa convivencia natural de hombres y mujeres. «Prácticamente todas son mixtas. Es lo natural», concluye.

 

Pasión, en imágenes