Merche continuó anoche disfrutando de su idilio carnavalesco con los gaditanos. Si hace una semana pregonaba la gran fiesta de Cádiz, anoche volvía al mismo escenario de la plaza de San Antonio para regalar a sus fans un concierto muy esperado, por ellos y por ella.
Ya en noviembre presentó su último disco ‘Quiero contarte’ en el Gran Teatro Falla, «pero tenía muchas ganas de cantar otra vez porque el Falla es chiquitito y queríamos presentárselo a Cádiz entero».
El concierto fue una fiesta, dinámico, participativo. El público que llenó San Antonio coreó sus nuevas canciones y sus temas de siempre. Y una de las claves de esa conexión con el respetable estuvo en que, como Merche reconocía, «estoy mucho más relajada que si el concierto hubiera sido antes del pregón».
Respecto a la gran noche vivida el pasado sábado, asegura que tiene un recuerdo «muy bueno. Tengo la sensación del deber cumplido. Han sido tres meses preparando el pregón con un equipo muy grande. Desde antes de las Navidades hemos estado trabajando en el guión y las colaboraciones. Me han ayudado mucho, pero el que ha estado en cabeza de todo el equipo ha sido Chico Cornejo, que me ha facilitado mucho el trabajo, porque además me ha pillado en plena promoción del nuevo disco».
Merche cuenta que ha recibido «críticas muy buenas, me han tratado con mucho cariño. Yo me dejé el alma y tuvimos la suerte de que saliera todo bien».
Para una gaditana como ella el pregón supone una responsabilidad especial, más viniendo de una familia carnavalera como es la suya. Ella lo reafirma explicando que «es lo más difícil que he hecho en mi vida y lo más gratificante también».
El pregón comenzó con unas imágenes en las que se veía a la artista llegando a Cádiz, paseando por algunas de sus calles y plazas hasta llegar a la Alameda Apodaca y sentarse en uno de sus bancos. En ese banco aparecía de repente Merche ya sobre el escenario de San Antonio. Confiesa que en ese momento en que se encendían los focos y la apuntaban, aun de espaldas al público que llenaba la plaza, pensó: «Me hago la muerta y no salgo». Entre risas continúa explicando que «no he pasado más nervios en todos los días de mi vida».
La cantante reconoce que el pregón tuvo un «componente emocional» que no tiene en los conciertos. Esas emociones llegaron a su grado máximo al final del pregón, en el momento en que su padre, Pedro Trujillo, ‘Catalán Chico’, subió al escenario para cantar con ella y con el resto de invitados la presentación de ‘Caleta’. «Fue un momento muy bonito que le llegó a la gente. Él también se emocionó y lo disfrutó, que era mi objetivo, que tuviera su reconocimiento como una de las voces más importantes que ha dado el Carnaval», concluye.