El gen viñero lo ha heredado. El don para la chirigota clásica… el tiempo dirá si se convierte en un guardián del 3×4. Pero el mejor legado que ha dejado Manolo Santander es su familia, sus vástagos, y eso a pesar de su enorme trayectoria carnavalesca y de haber marcado a varias generaciones. Por eso es que su hijo, Manolín, es la firme señal de que el eterno chirigotero seguirá vivo y con fuerza durante décadas. Pocos días después de despedir a su padre, de darle el último adiós junto a un barrio entero, agradecía todas las muestras de cariño a través de los micrófonos de la Cadena Cope en un respetuoso homenaje (aquí puede escuchar el programa completo).
El joven, guitarra de la comparsa de Juan Carlos Aragón y por tanto quien ha sufrido dos golpes durísimos en un breve periodo de tiempo, hacía de tripas corazón pues entiende que hay que devolver a la gente todo el cariño mostrado. Por eso mismo colgó un vídeo en redes sociales en el que interpretaba un pasodoble de ‘Lo más feo de Cádiz’, con música del Capitán Veneno y letra de su padre. “Nuestras quejas, nuestros piropos, los transmitimos cantando. Las coplas son nuestra columna de opinión, y era la mejor forma de expresarme. Me llegaron más de 5.000 mensajes y de esta manera respondía a todos”.
Santander dice de su padre Manolo que es “historia del Carnaval de Cádiz, antes viva, ahora leyenda. Hacía Carnaval desde los 17 años, y en los últimos 40 solo descansó dos, y aún así colaboró en varios lugares. Nació a dos calles del Teatro Falla y ha entregado la vida a esta fiesta”. No se explica de dónde manaba el talento enorme de su progenitor, que sin tener estudios ni conocimientos musicales contaba con un oído privilegiado. “Tiene que existir ese gen viñero. Es especial. Algo que se tiene desde chico, un don que por ejemplo yo no tengo. Cuando me enseñó el pasodoble de ‘La maldición de la lapa negra’, y me cantó aquello de la ‘musiquitiquitica’, me quedé asombrado. Como 40 años después se le podía ocurrir eso”.

Los dos Santander, en la chirigota ‘El submario amarillo’.
Entiende que con su ausencia puede perderse una manera especial de hacer chirigotas. Unas formas de épocas pretéritas que pierden solución de continuidad. “Puede que haya sido el último eslabón. Está el Noly, pero que no la hace íntegra, y también Los Molina, que tienen un estilo muy parecido”. ¿Él podría coger el testigo? “Tenemos un grupo que alguna vez nos gustaría salir. Pero pienso en hacer algo como lo hacía él y se me cae el techo”.
GALERÍA DE IMÁGENES DE LOS MEJORES MOMENTOS DE MANOLO SANTANDER
Esas chirigotas de Manolo Santander “tenían un soniquete distinto. Ha llevado diez grupos diferentes y todos sonaban igual. Eso viene del barrio, de que con diez años se perdía entre las calles para escuchar las chirigotas de antaño. En lugar de jugar a la pelota, se ponían a hacer Carnaval. Ahora los niños quieren ser Messi, y mi padre jugaba a ser como Fletilla”, el mítico chirigotero.
Todas las chirigotas son como hijos suyos, pero “le tenía mucho cariño a ‘La familia Pepperoni’. Aún así, la favorita ha sido la última, ‘La maldición de la lapa negra’. No por el premio, sino porque se sacó en unas condiciones muy difíciles. A mi padre le quitaron un riñón en julio y en agosto teníamos pasodoble. Muchos condicionantes que hacen un año inolvidable”.
Para el final, entre risas, la mejor manera de recordar a Manolo Santander, Manolín recordaba que “fue mi padre quien me echó de su chirigota. Un día en el salón me dijo que no iba a salir más con ellos, y me animó a irme a otro grupo. Pensaba salir con el Jona pero la chirigota del Canijo no tenía guitarra. Probé con ellos, la experiencia fue muy divertida y ya me quedé allí”. ¿El hijo del guardián del gaditanismo, con un autor sevillano? “Jajajaja. Quien pensara que mi padre era antisevillano es que no se entera de nada. Él defendía que se hiciera el Carnaval para todos, pero desde Cádiz. El Carnaval se exporta desde aquí. No entendía que lo penalizaran por ser localista. ‘Si de eso se trata, joé'”.
VÍDEO: Manolo Santander enseña el pasodoble a su chirigota en el COAC 2019