
La lluvia se ha convertido en la invitada más puntual del Carnaval de Cádiz. Ni siquiera cuando la fiesta se celebra casi en época primaveral, el cielo da una tregua a las coplas, que luchan contra la naturaleza para hacerse notar por las calles. Los coros salieron a conquistar la capital con sus tangos, que aunque durante la mañana tuvieron que convivir con los paraguas, por la tarde pudieron brillar bajo la atenta mirada de los rayos de sol que aparecieron a partir de las cinco de la tarde. Con chaparrón o sin chaparrón, los que no faltaron a su cita fueron los miles de aficionados que abarrotaron el casco histórico de la ciudad y que volvieron a encontrar en la Plaza de la Libertad el epicentro de la fiesta por excelencia. El carrusel volvió a enfrentarse a la tradición y, por supuesto, al gran embotellamiento que se produjo en la zona. Los grupos oficiales tampoco faltaron a la cita y desde primera hora de la mañana pudo verse por la Plaza del Palillero y del Cañón a grupos tan conocidos como ‘Los gafas’ del Lobe, ‘Un cuarteto para la historia’, ‘Las elegidas’ o a la Antología del Yuyu, que hizo su reaparición esta edición ante una acogida espectacular del respetable. Las ilegales no se quedaron atrás y de la mano de ‘Aquí mando yo’, ‘Las margaritas Yeyé’, ‘Llevo la papa’, ‘Los posturas’, ‘Los jurados de misses’ o ‘Ikai’, deleitaron con su humor canalla y sus ganas de hacer disfrutar.