La comparsa de Kike Remolino es un homenaje por y para los gaditanos que están lejos de su ciudad, marcados allá donde van por el estereotipo del Cádiz donde nacieron. El tipo, ‘apayasado’. Como se sienten cada uno de los gaditanos cuando marchan lejos de su ciudad. Imposible escapar del tópico cuando sales de la tacita. “Piensan que es un continuo cachondeo. ‘¡Canta chirigotas, di picha!'”, reza la presentación.
La comparsa ‘Los Encaidenaos’ brinda varios guiños a Juan Carlos Aragón y Manolo Santander. Camuflados, pero integrados. El primero, en el cierre de la presentación: música de ‘Los Condenaos’ para que el Falla, inevitablemente, se venga abajo.
La pluma negra del sombrero es una muestra del luto de la agrupación. La figura de ambos autores pilló muy de cerca a varios integrantes de la comparsa, entre ellos el autor, que llegó a salir con Juan Carlos Aragón.
El maquillaje del antifaz, aunque con tonalidad blanca, recuerda al de una de las obras más destacadas del comparsista: la Banda del Capitán Veneno.
El tipo también incluye guiños a la costura en honor a Chari Delgado, madre de los Brihuega y una de las artesanas más conocidas del mundo del Carnaval de Cádiz que también falleció este año.
El segundo pasodoble, directo al recuerdo de Manolo Santander. Y con un destinatario claro: su hijo, el Dios Momo del Carnaval 2020, quien estuvo presente en el local para dar su apoyo al grupo en los momentos previos a la actuación. “Venga que te está viendo tu madre”, “niño hazlo por papá y por su gente, no preguntes dónde está, está presente, siempre presente”. Kike Remolino pide que rompa la caja suena la guitarra y retumbe el bombo a un pregonero, su amigo Manolín, que “encadena San Antonio a la orillita de La Caleta”.
Puesta en escena
La puesta en escena vuelve a ser uno de los puntos fuertes más destacados, en la línea de Los Luceros y Los Campaneros. Un fuerte lleno de símbolos de Cádiz: La Torre Tavira, La Caleta… Cada uno de los lugares que permanecen en la memoria cualquier emigrante gaditano.
Estos ‘encaidenaos’ a la tacita no pueden librarse de las cadenas que les atan a las murallas de las Puertas de Tierra pese a la distancia. El simbólico fuerte se mueve sobre el escenario arrastrado por la rabia de los miembros en la interpretación. Les acompaña allá donde avanzan, como a cada gaditano que hace las maletas.
“La puesta en escena resume todo el argumento de la agrupación. Kike se curra muchísimo la puesta en escena. Está en contacto continuo con el artesano para proponer ideas. Álvaro Ortega es la mano ejecutora y es un artista”, resume el director de la agrupación, José Luis Martín.
Kike Remolino pone sobre la mesa la historia de una ruptura entre dos amantes que no quieren decirse adiós cuando no hay más remedio: Cádiz y el gaditano.