Era uno de los objetivos del Concurso del Falla para la edición de 2008 y parece que empieza a cumplirse a satisfacción, aunque es muy pronto para realizar un balance definitivo. Los indicios son buenos y a falta de que la expectación de las semifinales o la final cree una demanda de entradas capaz de burlar cualquier sistema preventivo, la reventa parece haber sufrido un duro golpe, quizás definitivo. La organización del certamen la da por eliminada por completo.
Esta lacra, una pequeña variante de corrupción asociada de forma permanente al certamen desde los años 60, era el gran enemigo a batir por el Ayuntamiento de Cádiz y la Asociación de Autores del Carnaval. Ha llegado a crear incidentes lamentables, desde peleas hasta el ridículo de 2001, cuando la Policía Local tuvo que cargar para controlar los incidentes que los revendedores provocaron en las taquillas ubicadas en los terrenos de los Cuarteles de Varela, por entonces en obras.
Con la justificación de frenar un obstáculo para los aficionados, se ha impuesto este año un cambio en el sistema de venta de entradas que ha incluido la obligación de presentar el DNI, la impresión de los datos personales en el ticket, la imposibilidad de ceder la entrada en el descanso y la limitación a dos localidades por persona son las piezas principales del plan.
Buenos síntomas
Cuando han transcurrido tres jornadas de clasificatorias (más de un tercio de una primera fase muy comprimida en el calendario), la Delegación de Fiestas, a través del concejal Vicente Sánchez, ha declarado ya que «la reventa se ha acabado».
Francisco Cárdenas, presidente de la Asociación de Autores, comentaba también en la noche del lunes en el propio Gran Teatro Falla que la reventa ha desaparecido del entorno del recinto, que nadie la encuentra en las taquillas habilitadas para la compra de localidades.
Ambas partes admiten que el nuevo plan de venta de entradas precisa todavía de rodaje y ajustes. La interrupción de la red informática y las incidencias han difundido la sensación de que las medidas de estreno son un desastre, pero los defectos pueden ser subsanados –de hecho la organización anunció ayer modificaciones para la fase semifinal con el fin de evitar incidencias– pero es innegable que ha conseguido su objetivo principal: acabar con la reventa.
La organización, por ahora, elude valorar la influencia que las nuevas medidas han podido tener en el aumento de huecos, al impedir que los que se marchan entreguen su ticket a los chavales que se agolpaban en la puerta y cubran los vacíos.
Tanto Sánchez como Cárdenas son cautos a la hora de asegurar que la situación de control actual tendrá continuidad hasta el fin del Concurso del Falla, pero son optimistas.
Comprobación clandestina
Redactores de LA VOZ de Cádiz y Punto Radio han intentado, sin identificarse como tales, comprar entradas al margen de las taquillas oficiales durante la noche del domingo y del lunes. En ambas jornadas, resultó imposible conseguir ninguna por ninguna vía, ni a través de particulares ni tras consultar a dos de los presuntos revendedores más conocidos de los últimos años en los corrillos del Gran Teatro Falla.
Todas las personas que hicieron la prueba encontraron la misma respuesta: «Este año no tenemos entradas». Cuando se les preguntaba por la posibilidad de conseguirlas en los próximos días, descartaban igualmente la opción de poder venderlas. Esta simple prueba, al alcance de cualquier aficionado, respalda las afirmaciones de Cárdenas y el edil delegado de Fiestas.
Esta lacra, una pequeña variante de corrupción asociada de forma permanente al certamen desde los años 60, era el gran enemigo a batir por el Ayuntamiento de Cádiz y la Asociación de Autores del Carnaval. Ha llegado a crear incidentes lamentables, desde peleas hasta el ridículo de 2001, cuando la Policía Local tuvo que cargar para controlar los incidentes que los revendedores provocaron en las taquillas ubicadas en los terrenos de los Cuarteles de Varela, por entonces en obras.
Con la justificación de frenar un obstáculo para los aficionados, se ha impuesto este año un cambio en el sistema de venta de entradas que ha incluido la obligación de presentar el DNI, la impresión de los datos personales en el ticket, la imposibilidad de ceder la entrada en el descanso y la limitación a dos localidades por persona son las piezas principales del plan.
Buenos síntomas
Cuando han transcurrido tres jornadas de clasificatorias (más de un tercio de una primera fase muy comprimida en el calendario), la Delegación de Fiestas, a través del concejal Vicente Sánchez, ha declarado ya que «la reventa se ha acabado».
Francisco Cárdenas, presidente de la Asociación de Autores, comentaba también en la noche del lunes en el propio Gran Teatro Falla que la reventa ha desaparecido del entorno del recinto, que nadie la encuentra en las taquillas habilitadas para la compra de localidades.
Ambas partes admiten que el nuevo plan de venta de entradas precisa todavía de rodaje y ajustes. La interrupción de la red informática y las incidencias han difundido la sensación de que las medidas de estreno son un desastre, pero los defectos pueden ser subsanados –de hecho la organización anunció ayer modificaciones para la fase semifinal con el fin de evitar incidencias– pero es innegable que ha conseguido su objetivo principal: acabar con la reventa.
La organización, por ahora, elude valorar la influencia que las nuevas medidas han podido tener en el aumento de huecos, al impedir que los que se marchan entreguen su ticket a los chavales que se agolpaban en la puerta y cubran los vacíos.
Tanto Sánchez como Cárdenas son cautos a la hora de asegurar que la situación de control actual tendrá continuidad hasta el fin del Concurso del Falla, pero son optimistas.
Comprobación clandestina
Redactores de LA VOZ de Cádiz y Punto Radio han intentado, sin identificarse como tales, comprar entradas al margen de las taquillas oficiales durante la noche del domingo y del lunes. En ambas jornadas, resultó imposible conseguir ninguna por ninguna vía, ni a través de particulares ni tras consultar a dos de los presuntos revendedores más conocidos de los últimos años en los corrillos del Gran Teatro Falla.
Todas las personas que hicieron la prueba encontraron la misma respuesta: «Este año no tenemos entradas». Cuando se les preguntaba por la posibilidad de conseguirlas en los próximos días, descartaban igualmente la opción de poder venderlas. Esta simple prueba, al alcance de cualquier aficionado, respalda las afirmaciones de Cárdenas y el edil delegado de Fiestas.