La reventa

En una de mis cartas, Aldonzo, te decía que hay mucha gente rara en Cádiz

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En una de mis cartas, Aldonzo, te decía que hay mucha gente rara en Cádiz. Algunas veces se queda uno descolocado con las cosas que ve y oye en esta ciudad. Los gaditanos tienen el complejo de que nadie les quiere y necesitan estar continuamente escuchando piropos a la Ciudad. Cádiz se auto piropea continuamente en un esfuerzo por reafirmarse y por estar  recordando a los cuatro vientos que esta ciudad es el Paraíso. Pero no como estrategia turística para llamar a la gente, que sería algo con explicación ya que es una ciudad con pocos recursos económicos. La mayoría de los gaditanos nacen con la obligación no de defender a su tierra, sino de ensalzarla y de obligar a los demás a que la defiendan. Luego, cuando alguien intenta hacer algo bueno por ella, inexplicablemente, las críticas parten de los que más se quejaban y de los que llevan siempre en la boca el nombre de «Cai».El Falla, amigo Aldonzo, aunque en la tele te parezca un teatro grande, es normalito; con un aforo que no llega a mil personas; si a eso descuentas palcos para la Radio, el Jurado, las ninfas, los Antifaces de Oro, el pregonero, la Organización, Onda Cádiz, entradas de protocolo, etc., nos encontramos con que son muy pocos gaditanos los que tienen el privilegio de presenciar el Concurso en vivo y a su precio justo. Como después de Preliminares la demanda es alta, pues utilizando todos los sistemas habidos y por haber, los revendedores se hacían con la mayor parte de las entradas y asistir a una función era una cosa de gente con dinerito; y a la Final, de ricos directamente porque los revendedores  ponían los palcos a 200.000 pesetas poco más o menos. Una monería.
Este año se ha dado con un sistema de venta nominativa que obligaba a asistir al Teatro al comprador de la localidad; con lo cual, era imposible revender la entrada. Es la primera vez en la Historia del Concurso que no ha funcionado la reventa en las proporciones anteriores, por tanto, se ha convertido en un Carnaval histórico; como para enmarcarlo. Pues bien, los primeros que empezaron a protestar fueron los generosos; los que, por lo visto, sólo compran entradas para regalárselas a sus suegras; luego, los defensores de una extraña libertad que no permite que se muestre el DNI para comprar una localidad y sí para votar. Pero lo más doloroso ha sido por parte de algunos  medios de comunicación y de algunos destacados comparsistas que en ningún momento han resaltado   el beneficio de acabar con lo que ellos mismos han llamado, de toda la vida, lacra. Es más, daba la impresión de que estaban  a la expectativa para ver cuándo salía a relucir el más mínimo fallo para criticar el sistema. En lugar de colaborar se han puesto del lado de la reventa y a defender no sé que espurios beneficios.Son los mismos «gaditanos» que nunca califican el sábado de Carnaval por cómo se han divertido doscientas o trescientas mil personas sin que se hayan registrado incidentes graves; sino por las toneladas de basura recogidas; como si uno tuviera que llevarse la basura a casa y echar los papelillos a las papeleras. Bueno, Aldonzo, «pisha», ya no protesto más, que me va a salir algo malo. Mañana te seguiré contando cosas. Un abrazo de Quirce