'Raza Mora', comparsa de El Puerto de Santa María.

COAC 2020

La provincia y el Carnaval de Cádiz, tan cerca y tan lejos

En el recuerdo quedan aquellos Carnavales donde Chiclana, San Fernando, Puerto Real o El Puerto de Santa María eran un auténtico hervidero de coplas sin fin

Por  11:19 h.

Los pueblos limítrofes a Cádiz tenían un Carnaval propio con innumerables agrupaciones que llenaban sus calles de coplas y daban vida a concursos locales muy interesantes. Pero con la llegada del nuevo siglo este escenario cambió y la sombra del Carnaval de Cádiz, de la capital, se extendió poderosamente sobre el cielo de todos esos pueblos.

 

En la mente de todos los aficionados quedan aquellos tangos ribereños del coro de Puerto Real, un auténtico bastión en la modalidad, las chirigotas picantonas y desenfadadas de La Isla, o la mítica formación original de la comparsa de Los Majaras.

 

Estos eran los grupos conocidos, la punta de lanza de unos carnavales vivos que atraían por su propio carácter local la mirada de muchos aficionados y que multiplicaban las agrupaciones que hoy hacen Carnaval en la provincia.

 

Los tiempos cambiaron y las distancias se recortaron. La accesibilidad y los nuevos medios de transporte hicieron de la Bahía un gran área metropolitana donde cualquier componente destacado lo tenia mucho más fácil para acudir a los ensayos a la capital.

 

Carnaval histórico en la provincia de Cádiz

 

Poco a poco los grupos punteros fueron poniendo sus miras en los componentes más destacados que se observaba en los grupos de estos pueblos y ciudades y esos carnavales menores se fueron debilitando. Antonio el Alemania, el gran Wiky, Tito Iglesias o Juan Elena “El Tojo” fueron algunos conocidos que iniciaron este camino sin retorno.

 

Los nuevos métodos de transporte y la densidad de población en Cádiz también provocaron que muchos autores se desplazaran fuera de la ciudad a vivir y conectaran con integrantes de agrupaciones locales. Kike Remolino recayó en San Fernando, Antonio Martín o Juan Fernández en Puerto Real, Tino Tovar en Chiclana, y así podemos citar varios

ejemplos.

 

Los componentes que tiraban del carro de aquellos grupos provincianos pasaron a formar parte de las grandes agrupaciones y esa dinámica se ha mantenido hasta hoy. Nico del Puerto, Pedro Campos y Javi Bohórquez de Puerto Real, Arturito de Barbate o José de Chiclana son solo algunos ejemplos actuales de este fenómeno.

 

Entre los motivos de esta diáspora hacia la capital también hay que contemplar la unificación de los premios provinciales y locales dentro del Concurso un hecho que favorecía la concentración del talento en lugar de su diversificación.

 

Cuando aún perduraban los premios provinciales en el COAC, muchos autores buscaban grupos fuera de Cádiz para iniciar su trayectoria o simplemente por la calidad que éstos atesoraban. Luis Ripoll, Antonio Bustos, Bustelo, el Libi o el mismísimo Antonio Martín lo hicieron, en un fenómeno que elevaba tremendamente la calidad en muchos kilómetros a la redonda.

 

Entre la melancolía y la añoranza es fácil escuchar hoy a aficionados más allá de los puentes (el Suazo también cuenta) abrazar la idea de que si en cada pueblo se agruparan los componentes más destacados que salen entre las agrupaciones punteras quizás reviviríamos una época pasada y gloriosa del Carnaval en la que era un auténtico espectáculo disfrutar de la Comparsa de Varo de Barbate, del cuarteto de Rota y de tantas y tantas enormes agrupaciones que provenían de una provincia cada vez más esquilmada por los nuevos tiempos y el nuevo Carnaval.