La morterá

Esta es una de las muchas letras que quería mandar pa Hirno de España. Y lo cuento porque el chasco que me he llevado ha sido de los gordos. He hecho tonto...

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Trinca  guannaja!
no seas papafrita,
con distinta voz
nadie te va a entendé.
¡Pimpi, camama!
al mar azul ni un palo,
de la teta mama
lo tuyo es el paro
(en el original que entregué ponía «Aquí poropopón», pero parece ser que no se entendía. Ya tú ves, es un redoble fuerte de tambor…)
Ama a la patria
que te subvenciona,
llénate la boca
y di asín Pamplona.
Gloria y Las Navas
al pueblo le dan,
pa untá con manteca
democracia y pan.
Esta es una de las muchas letras que quería mandar pa Hirno de España. Y lo cuento porque el chasco que me llevao ha sío de los gordos. He hecho tonto… Hice como hago con la moto pa la Iteuve, que primero la paso por el taller pa que me den el visto bueno. Y como yo sabía que había personas muy leías en el jurao ese de las letras, lo pasé antes por la UCA, «A ver si me pueden mirar esto», le dije al conserje. Y lo miró, y con detenimiento, hasta lo canturreó, «¿Esto de poropopón qué es?», «Un redoble de tambor» (ya tú ves), «Ah».
Cuando ya se jartó se canturrear me dice, «Bueno, ¿y qué?», «Que si vale pa Hirno de España», «Joé, que si vale… hasta pa no volver. Pero yo que tú no me iría, eso sí, no se la enseñes a nadie porque si no te echan».
Me desilusionó, pa que voy a mentir, pero quillo, nos tienen tan sorbío el coco con lo del espíritu del Doce… cómo me iba a imaginar la poca altura de miras del mundo académico de Cadi. Y mira, cuando he visto la letra que han escogío… Ma dao coraje, pisha, que encima yo vivo a tres pasos de la Casa Pemán… Y además, lo de distinta voz lo tenía yo puesto, y con más lógica, carajo. Pero bueno, han venío a darme la razón los nacionalistas, que pa eso metí yo Pamplona, y los socialistas, que dicen que las estrofas son antiguas, en mi letra na más que el poropopón, que a lo mejor recuerda a Manolo Escobar, pero ya tú ves, es un redoble de tambor; bueno, y hasta los de Izquierda Unida que consideran que esa letra habla de la España del pasado… La mía no, a ver si mi letra no habla de la España de hoy… Por hacerme caso de esta gente… vaya mierda de espíritu del Doce (desde luego, donde se ponga el espíritu de la Once que se quite to). Se me van las mejores. Ahora, esto se lo encarcujo yo a la chirigota del Torre, que por cierto, no he visto todavía este año ningún cartel de la Pitracá Populá, ese sería un buen momento pal ensayo general. Que pa mí que el tal Juancarlo ese con tanto mirá a los chavales… No lo veo, eso de escribir en servilletas, chungo. Los autores modernos lo hacemos en un blo cuadriculao de anillas, como Dios manda. Hombre, no lo voy a negá, yo antes escribía en servilletas, pero deseguida me di cuenta que no era el sistema. Eso fue un día que estaba yo escribiendo en un bar de la Plaza Mina y me dice el camarero, «¿Qué vas a beber?», «Agua», «¿Y quieres algo de pinchá?», «Un palillo diente», y va y me suelta, «Po deja las servilletas que eso es pa los que consumen, cojones». No sé quillo… algo de hostí le vi en el gesto que no me gustó, tú. Igual son cosas mías, pero debajo de donde pone Gracias por su visita escribí mi último verso en una servilleta: De nada, mamonazo. Y desde entonces como los autores modernos, en el blo de anillas. Pero bueno, no voy a contar mi vida, que me da cosa por el Paulino el hombre, que le van a reventá el Hirno (que pa mí que lo que no convence ahí es lo de los verdes valles…) Vale que el momento de gloria lo ha tenío, pero aquí lo que cuenta es lo que entra en el bolsillo, pisha, la morterá (…yo que sé carajo, fuera puesto los valles amarillos).