VALORACIÓN DE LA MALDICIÓN DE LA LAPA NEGRA EN CUARTOS: A SEMIFINALES DEL TIRÓN
Habrá subido la marea que el mar se coló por la puerta trasera del Teatro. Una ola dejaba a los seres marinos de Manolo Santader en las tablas del Falla para ofrecer otro buen pase en los cuartos de final. Un buen cuplé y los pasodobles destacaron por encima de una obra que mantiene ese estilo viñero e innegociable que tanto defiende su autor.
En los pasodobles vino Santander con el puñal en los dientes. Primera letra a los tópicos que se suelen vender del sur. Están cansado estos chirigoteros de que siempre salga el mismo perfil del gaditano en las películas. “Estamos hartos de ser los malos”, decían. Aún mejor llevada fue la segunda pieza. A los másteres falsos y al esfuerzo de los estudiantes. Se lamentan que siempre sean los mismos los que sacan tajada. “Los más preparados siempre van al paro y son nuestros hijos”, remataban. Era una pieza a los tratos de favor tan comunes en estos tiempos.
Al ‘chocho’ de la prima el primero. La de visitantes que pasan por allí. Antes se limpiaba con toallitas y ahora se ha puesto un guardabarros mejor. El cuplé es más ‘guarrón’ que el ‘chichi’ de la prima. Buen primero. Los peces estos andan un poco confusos, no saben sin son machos o hembras. Por si acaso ahí ofrecen su casa ellos, para que el que lo coja haga lo que quiera. El segundo ‘regulón’ aunque el Teatro se cayó.
Con una última parte muy al tipo, estos peces del fondo de la Caleta vuelven a dejar un montón de pamplinas por el camino. Ellos alcanzan la superficie en el pasodoble, quizá una de las mejores piezas del Concurso, pero se dan una ‘zambullá’ en el popurrí. Algunas veces salen a flote y otra veces no. Donde la chirigota destaca, no defraudó.