carnaval de la calle

La intimidad enciende el lunes

Las ilegales se convierten en las protagonistas de una jornada con menos público en la calle

Por  0:33 h.
La intimidad enciende el lunes

Le costó al Lunes de Coros arrancar, lo mismo que al día entrar en calor. Pero cuando lo hizo, lo hizo a lo grande. Con sol, con coplas, con buen humor y, con lo más importante de todo, con ganas, muchas ganas. En torno a las 13.00 horas, cuando en teoría debía comenzar el carrusel de coros, había aún poca gente en la calle. La lluvia que cayó durante la noche anterior y a primera hora de la mañana hizo que más de uno se pensara hasta el último momento si salir a disfrutar del día festivo. Es más, incluso los propios coros se plantearon si subirse o no a las bateas.

Finalmente los coros salieron de forma escalonada. Cuando la mayoría ni siquiera se había subido a la batea los que tuvieron menos tiempo de lucirse en el Concurso del Falla ya aprovechaban para atraer al público con sus tangos. Lo intentaba ‘El teatro de verano’ en El Palillero, de donde partió el primero de los recorridos de ayer. Los que salían de la plaza de Mina y ‘El Cañón’, empezaban más tranquilos, con menos público. Mención aparte merece el recorrido que rodeó la plaza de la Libertad, que como manda la tradición fue el que contó con más público y más ambiente carnavalero. Estaba la gente en el entorno de la Plaza mucho más entregada que en el resto de emplazamientos, donde el clima era bastante más familiar.

Y mientras las calles se iban llenando de gente (nada en comparación con lo del día anterior), la ausencia de aglomeraciones dejaba el protagonismo a las chirigotas ilegales. A cada pocos metros en la calle Ancha, Columela, plaza de las Flores o Novena comenzaban a cantar sus repertorios los grupos más variados. En cualquier otra ciudad y en cualquier otro contexto resultaría incomprensible que decenas de personas hicieran corro para escuchar lo que tiene que contar una Dora la Exploradora rodeada de caníbales, un grupo de pastores de Belén en defensa de la mula y el buey o unas estrellas de la canción venidas a menos. Surrealista también el momento protagonizado por unas peculiares ‘diputadas’ del PP que se reunieron en la puerta de la sede del partido, en Cánovas del Castillo, para pasarse unos sobres y ponerle los dientes largos al público luciendo unos fajos de billetes de colores nunca antes vistos por la mayoría de ellos. En Cádiz, en Carnaval, sí sucede. Todo resultaba más íntimo, más discreto. Se notaba ayer que la mayoría del respetable iba a lo que iba. A escuchar, a reírse, a respetar, a dar al menos el beneficio de la duda y a marcharse con disimulo en caso de despejarla y no quedar convencidos.

También se volvieron callejeras ayer algunas de las agrupaciones que hasta hace unos días se colgaban el cartel de ‘oficial’. El grupo de Luis María demostraba que no triunfar en el Falla no significa no gustar en la calle, donde tenían al público entregado a su causa. Otra de las chirigotas que pasó por el Falla, en este caso sí con gran éxito, ‘Los recortaos’ de Kike Remolino, tenían una buena liada en la plaza de Mina. Habían anunciado a través de las redes sociales e incluso en televisión que ayer estarían poco después del mediodía en la escalera del Museo Provincial, y la convocatoria tuvo tal éxito que el otro lado de la plaza, donde los coros esperaban para cantar, estaba casi desierto. Tanto público reunieron que Remolino tenían que introducir los pasodobles con un megáfono. Y como ellos hubo otros muchos grupos ‘legales’ que cantaron ayer en la calle, algunos en cualquier esquina, otros también en los distintos tablaos que ayer estaban ya a pleno rendimiento, desde San Agustín a Candelaria, La Palma o El Mentidero. La chirigota del Love, por ejemplo, iba de uno a otro con una comitiva detrás que más parecía la penitencia de un paso de Semana Santa que los seguidores de una agrupación carnavalesca.

Pero sin duda, donde más se notó el ambiente especial, gaditano, que rezuman los Lunes de Coros, fue en el entorno de Sagasta, Rosario Cepeda, Hospital de Mujeres, San Lorenzo, allí, antes de que la fiesta se trasladara a La Viña, ya bien entrada la noche, se escucharon las mejores coplas y se vivió la esencia del Carnaval de Cádiz, el de verdad.