La gente empieza a estar ‘quemada’ de clasificatorias, y no sólo porque hoy luciera en las tablas un sol de justicia y dos tipos de bañistas. La gente se aferra ya al flotador de los cuartos como salvavidas.
La alcaldesa Teófila Martínez se acercó a ver al coro de Pastrana. De hecho bajó a saludarles hasta la trasera del escenario, junto a los ediles Vicente Sánchez y Mercedes Colombo. Los coristas habían tenido un gran detalle al rotular con el nombre del recordado Manuel Cabaña la calle de su forillo. Charo, su viuda, lo contempló emocionada.
Tras los cuplés de la chirigota de Santa María, Teófila se puso el abrigo y se fue. Así se libro de algún chaparrón que llegó después.
Lucas, ex Maíta vende Ca y actual Docambé, vino a acompañar a la chirigota de San Fernando en la que sale El Fatiga, palmero de su antigua formación. No fue la única embajada isleña, ya que también se dejaron ver por el teatro las futuras Colombinas de su Carnaval, encabezadas por Alba Martínez.
Javier Ruibal se acercó por el palco de Onda Cádiz, donde compartió impresiones con Martínez Ares, de pregonero a pregonero.
«Vamos, Fali, que no puedo más». La gente se impacientaba a la espera de la comparsa. Luego mereció la pena. Quiñones, nervioso, se asomaba entre bambalinas para comprobar que tenía al público en pie.
La gente empieza a estar quemada de preliminares
Por Antonio Juncal , 9:15 h.