ERIZADA Y OSTIONADA

La ciudad ya vive el Carnaval con coplas y sabor a mar en las calles

Miles de gaditanos y visitantes abarrotaron ayer el barrio de La Viña y la plaza de San Antonio con la Erizada y la Ostionada

Por  8:03 h.
La ciudad ya vive el Carnaval con coplas y sabor a mar en las calles

Guitarras, coplas, pitos de caña, vasos de plástico, erizos, pimientos, ostiones, bocadillos, barras, moscatel, cerveza, tablaos, colas, colas y más colas. Todo eso hubo ayer en Cádiz, pero por encima de todo ganas de Carnaval. Y también lluvia, ya bien entrada la tarde, lo suficientemente prudente como para respetar la celebración de los dos festejos gastronómicos con más solera de la ciudad, la Erizada y la Ostionada.

El día acompañó los actos oficiales. A mediodía, cuando se formaban ya las primeras colas en la plaza de San Antonio y en la calle Cristo de la Misericordia, lucía el sol. No es que calentase demasiado, pero al menos hacía la espera agradable. Porque hubo espera. Mientras los socios de la peña El Molino ultimaban los preparativos para empezar a repartir los ostiones a la una y media de la tarde, la cola se acercaba ya a la calle presidente Rivadavia, y eso que apenas habían pasado unos minutos de las doce.

Como siempre, el ambiente en San Antonio fue más familiar. En esta XXVII edición de la Ostionada Popular se repartieron unos 600 kilos de ostiones, procedentes este año de Galicia y, como mostraban los socios de la peña, «con certificado de calidad». Esta vez el acompañamiento fue líquido, vino o cerveza, sin más aditamento, «que el año pasado no hubo pimientos para todo el mundo y después la gente se nos quejaba». Y entre ostión y ostión, tangos. Los de los coros que se quisieron ayer someter al veredicto del respetable antes de subirse a las tablas del Falla. Actuaron ?Desde el paraíso?, ?El batallón Theodora?, ?La pandilla del ayer?, ?El teatro de verano?, ?La pluma? y ?Los alcaldes de La Caleta?.

Y más gente aún se concentró en el barrio de La Viña y todo su entorno, con el epicentro de la Erizada, como es habitual, entre las calles Cristo de la Misericordia, donde está la sede de la peña El Erizo y donde se repartieron los mil kilos de erizos a todos los que esperaron con paciencia las largas colas, y La Palma, donde se colocó el tablao. Por allí pasaron las chirigotas ?Los reyes del portal? (Córdoba), ?Los quemaos del paraíso? (Sanlúcar), ?Los prodigio? (Algeciras) y ?Teófila, nos tienes abandonaítos? (Cádiz), así como la comparsa sanluqueña ?Los xpulsaos?.

Colas

Las largas colas se vieron recompensadas con un plato de erizos, el acompañamiento de los pimientos asados y una bebida. Las caras de los que degustaban «el manjar», como alguno lo definía, así lo confirmaban. Una vez fuera de la cola comenzaba la práctica del arte de comerse un erizo sin mancharse la solapa y, lo que es más importante, sin clavarse una púa en la encía. De vez en cuando pasa. En pleno Campo del Sur una señora de Sanlúcar se afanaba con unas pinzas de depilar en arrancar de la boca de su hija el afilado objeto. Un mal trago que la joven superaba buscando una cucharilla para terminar de dar cuenta de su banquete. «Me ha dolido, pero vamos, que tampoco es para tener que quedarme con hambre», bromeaba. Por lo demás, a los más atrevidos les bastaba con escurrir bien el agua del erizo y sacar la lengua para llevarse su contenido a la boca. «Así es como se comen en Cádiz. Esta gente se lo está comiendo con cuchara, pero es que son de Burgos», comentaba uno de los que acababa de salir de la cola.

En la calle La Palma el público abarrotaba todos los establecimientos hosteleros, la mayoría con barras portátiles colocadas en plena calle. También las adyacentes, desde el Corralón hasta los límites de la Caleta. A cada pocos metros se podía encontrar a alguien vendiendo algo que llevarse a la boca. La mayoría erizos, para quienes no estuvieran dispuestos a esperar la cola o para los que se habían quedado con ganas de más. También se vendían burgaíllos, camarones, mojamas, hasta platos ya preparados con una ración de pulpo a la gallega. También se vieron ayer los primeros paquetes de papelillos y los carteles en los más diversos tipos de comercio anunciando el precio del botellón. Economía sumergida o no, pero vital para muchos gaditanos que esperan como agua de mayo la llegada del Carnaval para poder ingresar algo en sus casas.

La tarde transcurrió sin incidentes. Cuando los efluvios del alcohol amenazaban con desbodarse en las calles de La Viña apareció la lluvia y fueron muchos los que optaron por refugiarse bajo techo en algún bar o directamente marcharse a casa, a calentar motores para el inicio del Concurso del Gran Teatro Falla. Aún así, hubo grupos resistentes a las inclemencias del tiempo que apuraron sus botellones e incluso optaron por trasladarse a la plaza del Falla para ver llegar a las primeras agrupaciones al teatro.

Volvió a funcionar anoche el dispositivo especial del limpieza puesto en marcha por el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cádiz, que reforzó sus servicios con personal y vehículos especiales.