La cantera reivindica su sitio en el Carnaval

Gran ambiente en el escuador de las semifinales juveniles con sólo dos grupos de Cádiz

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Cómo esta el Falla! ¡Qué de niños por todos los rincones del teatro! ¡Ni el colegio San Felipe Neri a la hora del recreo! Seguro que los quioscos de chucherías aledaños se quedaron sin reservas de golosinas. La sesión también atrajo a muchos aficionados de distintos puntos de la provincia y es que tan sólo dos agrupaciones, curiosamente los dos cuartetos, eran de la capital.
La chirigota de Los del casco antiguo ¡Aquí hay faena! de Barbate fue la encargada de subir el telón en esta tercera fase de semifinales de juveniles. Con un tipo muy constructivo, estos obreros hicieron pasar un buen rato al respetable que aplaudió con fuerza su repertorio. Simpática puesta en escena donde no faltaba ni un detalle de la obra: hormigonera, palas y picos, vallas y andamios. Emotivo el primer pasodoble en el que cantan a su abuelo, ingresado en una residencia de ancianos. Su segundo lo reservan para hacer una crítica al jurado que puntúa el certamen ‘En Carnaval, una copa menos, una copla más’ y que después son ellos mismos los que se apostan en la barra empinando el codo. Piden ejemplo en los mayores, no consejos. Se agradecen las voces fuertes y la vocalización que hace que se les entienda perfectamente. Tras los pasodobles, los cuplés. La momia Tutamkamon, que según ellos es una fusión entre Teófila y Eto’o, es protagonista del primero. Un recorrido por los personajes de Gran Hermano y el hijo de su prima cierran la tanda. Popurrí entretenido en el que cuentan sus avatares diarios en las obras del casco antiguo cierran su actuación. El público premia con aplausos el buen hacer de los jóvenes chirigoteros.
Tras los obreros, nuevamente Barbate toma el relevo. En este caso con la comparsa Los señores de la guerra. Niños soldados que vienen a cantarle a Cádiz se presentan en forma de batallón. Cogen el patrón de las comparsas adultas con letras melodramáticas en los tres pasodobles. Siendo de Barbate no podían dejar de cantar a la tragedia del ‘Nuevo Pepita Aurora’. Estos guerrilleros, que cuando llega febrero se convierten en carnavaleros, no están muy afortunados en las voces pero lo hacen lo mejor que pueden. Su popurrí un alegato contra la guerra.
Para poner cierre a la primera parte, el primer cuarteto de la tarde Clan, clan… un cuarteto.  San José, la Virgen María y la madre de María aparecen en el escenario en el mismísmo portal de Belén. Una parodia navideña con buenos golpes que arrancan las risas del público. Especialmente gracioso, la Virgen María con gran desparpajo. Melchor y Gaspar completan el cartel aunque por poco tiempo, ya que se cambian tras dar los presentes al niño por un pastor, algo cateto, y el reportero del Tomate para grabar el nacimiento. Cuplés medianos pero vuelven a la carga en el popurrí en el que cuentan la odisea que supone ir a comprar al Mercadona. Fuertes aplausos para despedirlos.
Tras el descanso y los bocadillos de nocilla con coca-cola (una mezcla un tanto rara), una nueva comparsa que llega desde El Puerto de Santa María, El tren de la alegría. Una compañía de teatro ambulante con una puesta en escena espectacular y buenas voces que demuestran que el grupo está trabajado y aspira a superar el quinto premio del año pasado. Bonitas letras la de los tres pasodobles y bella música que consigue los gritos de ¡esto sí que es una gran comparsa! Destacar el primero en el que homenajean a Fernando Fernán Gómez y el tercero donde reivindican el sitio que se le debe dar a la cantera. Entre copla y copla regalan globitos a las ninfas infantiles. Se cambian de vestuario para interpretar el popurrí,  con saxofón incluido, que borda su actuación con el teatro puesto en pie.
Tras los comparsistas, llegaron dos indios y dos vaqueros con muy poca vergüenza, pero de la simpática. Los cuarteteros de ¡¡Oeste o ninguno!! no se cortan un pelo a la hora de interpretar la parodia y hacen que el público se lo pase en grande. El juego de la peluca de uno de los indios,  al estilo Teófila, provoca muchas risas. Aquí hay madera para veinte palos de cuartetos. Buena parodia en la que relatan un duelo entre los personajes con golpes de calidad. Acierto en los cuplés  que terminan con referencias a películas del Oeste. Resaltar el dedicado a Paquirrín, La Pantoja y Julián Muñoz que son los protagonistas de El bueno, el feo y el malo. El tema libre lo inician a golpe de saeta. Simpática la cuarteta del vaquero ‘Pelé El Niño’ que hasta se marca un baile por bulerías. Gritos de ¡Cuarteto, cuarteto!
Y para terminar, vámonos con la comparsa. Desde Puerto Real, la agrupación mixta La séptima luna. Guerreros y guerreras galácticas con buena afinación en la que destaca la música y las voces que se conjuntan gratamente. En sus pasodobles, toque a los derrotistas que quieren acabar con la cantera. No dejan títere con cabeza: el gallinero, la prensa. No se escapa ni el jurado. Ovación para despedirles.