La bella escondida

Tiene que vé lo que está gustando el carnavá en Sevilla, que es una cosa mala como están en Sevilla con el carnavá, que dise que quieren hasé hasta un concurso y todo

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Tiene que vé lo que está gustando el carnavá en Sevilla, que es una cosa mala como están en Sevilla con el carnavá, que dise que quieren hasé hasta un concurso y todo, que llevan ello de mar de año llevándose el sábado de carnavá a Sevilla. Fíjate si está gustando, que hasta uno sombre que han venido de Sevilla pa comprá una casa le han puesto el nombre de una comparsa de Luín Rivero. ¡Digo!, san comprao una casa en José del Toro y lan puesto La Bella Escondida, que dise la Maribé, que ya estará gustando el carnavá en Sevilla pa que le pongan ese nombre a una casa, y ya le estará gustando al carnavá Sevilla pa que pasen tantas a semifinale.
    Que la casa que han comprao dise mi Antonio que lan puesto linda, que por fuera está como to Cádiz, hecha porvo, pero que por dentro lan puesto unas cortina y unas lámpara linda de vé, que pasó mi Antonio por allí los otros día y dise que estaban metiendo de mar de cosa, que él se creyó a lo primero que era un desalojo porque las cosas que estaban metiendo se veían vieja. Unos mueble mu viejo, platos viejo y cosa que se veían vieja, pero luego le dijo el muchacho sapatero de enfrente que no, que es que los dueño son antigüario y, claro, que lo que metían era antigüalla.
    Totá, que la casa dise que la van a poné pa da convite, que los otros sábado dieron un convite pa gente bien, gente que se veía que no eran de Cádiz, una gente de mar de bien puesta, que la visto yo en el periódico, que el muchacho este tan fino, Inasio, ha sacado todas las afoto. Y se ve la casa de mar de fina, que dise la Maribé que los dueño serán carne con carne, porque se les ve, por lo fina que han puesto la casa. «Anda ya, Maribé, que mala lengua tiene» y dise la Maribé «Angelita, acuérdate de lo que te digo, que esos dos no son cuñao». Y es que la Maribé lo dise sabiendo lo que dise, porque este verano estuvimo nosotra en la boda de un vesino de la Maribé, una boda de estas moderna de dos hombre, que mi Antonio no quiso de vení, porque mi Antonio, donde tú lo vé, es mu serio y mu cabá y no le hasen grasia esas cosa. Y como la Maribé nos quería ir sola, que desía que le daba achare de ir sola, po fui yo con ella. Ajú, hija, qué boda má fina, ellos vestíos igualito los dos, que la dieron en el Casino del Puerto, asín con los camarero de mar de educaíto, que desía la Maribé que también eran gays –lo que antiguamente eran mariquitas- que te desían todo el tiempo «¿lapetese má, señora?», «esa agua no se bebe, que es para lavarse las manos dispué de las gambas, señora», que no sé yo el señorío que le verían a la Maribé que se puso grasiosa y se creía que porque eran los muchachos un poquito asín, iban a está tol tiempo como la Petróleo y ella tol tiempo venga a desirle cosa a los camareros, que menos má que mirmana Mari no vino, que si no la lía. Pero estuvo la boda de mar de bien, que hasta le dije a mi Antonio que si la Yoli se casaba, que dábamo el convite allí, costara lo que costara, que el dinero es lo de meno, que se pide en el banco y listo.
    Pero ahora, habiendo puesto la casa esta de José del Toro, po ya estoy en la duda, que no sé si dá la boda allí, que mi Antonio dise que mejón en la Zona Franca porque con la de gente que semo, va a quedá allí mejón, y que misermana no están acostumbrá a lo fino y que a tó le van a poné pega, que eso se pone un buen plato de jamón, unas gambita blanca, un  filete de pé de espada con sus papa y un pijama de postre, que eso le gusta a todo el mundo, y no tenemo que está en boca de nadie. Aunque a mí me parese que la Yoli va a aprovechá de cristianá al Suli el mismo día que se case, que el Suli ya tiene su traje de piconero blanco, lindo, con su fajín en dorao que se lo encargamos en Pepi Mayo pa el día que se cristiane, y debería de darlo en José del Toro.
    Que ya me estoy yo viendo entrá en la casa con mi traje de piedrería y toa mi gente pa dentro, roneando y tapándole la boca a toas misermana, con mi niño Suli, con mi Yoli de novia… Lo malo es que la vecina del ocho le dé otra vé un retortijón y nos tire un cubo de mierda en to lo alto. Ajú, qué asco de calle.