Juan Manzorro «No volveré al coro; como mucho saldría en una ilegal»

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Juan Manzorro soporta ya 24 carnavales a sus espaldas. Habrá escuchado
dos millones y medio de cuplés, y por eso su eterna sonrisa se antoja
imborrable. Inconfundible, es un hombre a su bigote pegado, ese que
perdió por pasarse de listo una noche de Carnaval. Este mundillo perdió
a un mediano corista y ganó a un fabuloso comunicador. Puede presumir
de que muchas mujeres (y hombres) se siguen yendo a la cama con él las
madrugadas de febrero, con su voz susurrando al oído. Desde el Falla.

 

-Otro año vuelve al Falla.

-Ya son 24 años ininterrumpidos y muy felices comentando el Carnaval. Disfruto porque me gusta mucho.

-No teme entonces la vuelta cada año del Carnaval

-Todo lo contrario. Me gustan todas las fiestas, pero cada una en
su época. No escucho Carnaval todos los meses. También me gusta la
Semana Santa, el Trofeo, la Navidad, los juanillos,…

-¿Semana Santa o Carnaval?

-Me gusta mucho la alegría del Carnaval y me apasiona la Semana Santa.

-Vuelve feliz.

-Yo me lo paso muy bien. Tener un trabajo a estas alturas es un
patrimonio, y si encima te gusta es un privilegio. Me encanta el
micrófono, así como comunicar. Y esta fiesta nos sirve como terapia
para los problemas laborales y sociales.

-¿Para cuándo su vuelta al coro vejeriego?

-Yo participé en tres coros. Dos juveniles, Los concertistas e
Historias de aquí, y adultos con Lázaros y truhanes. Me fui un minuto
antes de que me echaran, porque yo canto muy mal.

-¿Pero volverá al Falla?

-Que canto muy mal, de verdad. Recuerdo ese día que actué en el
Teatro y cantaba en una punta, justo al lado de donde retransmitía el
Concurso Juan Manuel Pedreño, que ahora es mi compañero. Me temblaba la
pierna derecha y él me miraba y sonreía, pensando en lo mal que lo
estaba pasando ese chiquillo. Por eso el orgullo de estar ahora junto a
él. No volveré porque no sé hacer eso. En todo caso, saldría en una
ilegal.

-Una vuelta al pasado, ¿qué anécdota se le viene a la cabeza?

-Una noche de febrero (2005), me aposté de broma con Fernando Pérez
que si el Cádiz subía me apostaba el bigote. Yo creía que no iba a
ascender. Ya en mayo, cuando iba cogiendo color, la gente me iba
diciendo por la calle que me tendría que afeitar. Y así fue.

-¿Le han puesto alguna vez de vuelta y media? Aunque la verdad es que os mojáis poquito.

-No nos mojamos, y preferimos ser así, porque el mundo del Carnaval
es muy sensible y a nosotros nos gusta pasarlo bien y reirnos. Cuando
alguna vez se me ha acercado un autor para pedirme que me mojara, yo le
he dicho: voy a empezar contigo. A nadie le gusta que le critiquen.
Pedreño y yo lo llevamos muy bien, y Fernando Pérez tiene un admirable
sentido de la ironía.

-¿Nadie le ha vuelto la cara?

-No he tenido dificultades. La gente nos trata bien. También debo
agradecer a muchos carnavaleros la ayuda que me prestaron cuando yo
empecé en la radio. Me abrieron las puertas.

-¿A qué le daría la vuelta en el Carnaval?

-Le daría vuelta y vuelta a un buen entrecot en los descanso. Porque un mes de bocadillos cansa una barbaridad.