El chirigotero de la eterna sonrisa vuelve de nuevo al Gran Teatro Falla, a su casa, como el Almendro pero por Carnaval. Y es que Juan Manuel Braza Benitez, el ‘Sheriff’, no sabe vivir sin hacer reír, sin contagiar esa alegría espontánea y natural que le sacude en cuanto un bombo y una caja suenan a compás.
Este gaditano de Loreto autor de chirigotas tan recordadas como Caiman, Los Aleluyas, Las Madrinas, Los Valientes, Los Aguafiestas o El Escuadrón de los Jartibles se ha rodeado este año de dos jóvenes autores que asumen el reto de completar, renovar, actualizar e incrementar su propuesta chirigotera.
Juan Pérez y Rober Gómez llevan años trabajando juntos pero sin duda se encuentran ante uno de sus años más complicados porque acompañar en su regreso a toda una institución de la chirigota supone una presión nada fácil de digerir.
Aprovechando que Juanma no nos mira y en uno de sus últimos ensayos nos acercamos a Rober para hablar en voz bajita con él y preguntarle cómo es Juanma… “Trabajar con el Sherrif ha sido una gozada. Sheriff y Juanma son dos personas distintas. Todo el mundo coincide en señalar que Sheriff es muy buena gente pero es que Juanma es mejor. Es una gran persona y te lo demuestra todos los días, cuando Juan o yo hemos tenido algún problemilla él ha estado siempre a nuestro lado mostrándonos su cara más personal”.
Rober no esconde su ilusión por trabajar con uno de lo grandes de esta fiesta. “A nivel carnavalesco y para lo joven que es, porque aunque tiene una experiencia tremenda es un tío joven, creo que tiene mucha paciencia con el grupo y mucha confianza en sí mismo. Confía mucho en lo que trae de casa al ensayo y pelea por su idea e insiste aunque el grupo no lo vea porque él sabe mucho y tiene una visión que quizás a los demás nos falte”.
“Juanma es muy creativo. Más creativo que creador. Destaca por su imaginación y tiene la virtud de hacer la chirigota para todos los públicos”, continua el coautor de ‘Los Niños de la Petroleo’.
“Sin saber tocar la guitarra hace maravillas. En su mente tiene claro lo que quiere. Desde agosto cuando fraguó el proyecto él ya sabía lo que quería, no sabía cómo era pero sí lo que quería y tenía en su cabeza el esquema. Nosotros sabíamos el trío del pasodoble antes que cualquier nota del repertorio, sabía cómo quería terminarlo y el enfoque que le quería dar. Él tiene esa virtud, sabe ver la obra musical que quiere crear”, apunta Rober al recordar los inicios del proyecto común.
Esa reflexión sirve, en esta charla improvisada, para dar cuenta de que vivimos en el rincón del mundo con más destellos de arte por metro cuadrado. En esta ciudad hay grandes músicos que no saben algunos ni tocar la guitarra, y eso es algo mágico…
“El pasodoble del Sheriff es una vuelta por Cádiz”
Pero sin solución de continuidad Rober prosigue hablando del Sheriff… “Juanma es muy gracioso. Lo ves y automáticamente te entra la risa porque te la transmite. El día que trajo el pasodoble venía pletórico, como si trajera bajo el brazo una bolsa de chucherias para repartírnosla. Nos cantó el pasodoble y uno de nuestros guitarras lo ajustó y lo llevó al sitio que Juanma quería llevar el hilo de su pasodoble. Ese día me demostró que es muy grande y que tiene un corazón enorme porque supo tapar sus carencias cantando con el corazón que le puso. El tono iba alto y estaba medio desgañitado pero continuó el pasodoble con coraje y consiguió saltarnos las lágrimas… ese día fue muy emotivo porque el Sheriff llevaba la ilusión en sus ojos”.
Le pido a Rober que me defina al Sheriff y rápidamente pronuncia dos palabras: “Gran persona. El Carnaval no es todo, hay que valorar la bondad y por eso yo le dije Juanma tú tienes que volver porque la gente te quiere mucho”. El coautor tiene claro que de las tres personas más queridas de Cádiz una es Juan Manuel Braza Benitez y lo es porque “es una persona extraordinaria y sencilla”.
Intento sonsacarle a Rober cuáles son los defectos que tiene Juanma y tras unos segundos de silencio me confiesa “que es muy dejado. Pero eso a la vez es una virtud porque hace que se tome el Carnaval de una forma mucho más sana. No tiene codicia ni ambiciones”.
Noto que Rober se ha dejado algo en el tintero porque su mirada busca la mía como queriendo pedirme la venia para recuperar alguna idea anterior… “También se le puede definir con una palabra: humildad, eso también sería acertado para definirle”, puntualiza.
Antes de marcharme le tiro de la lengua… ¿cuéntame cómo es el pasodoble de este año?… se sonríe y tras buscar en su interior las palabras precisas se arranca… “El pasodoble de Juanma es una vuelta por Cádiz, tiene de todo. Ha sabido meterle guiños ochenteros y recuerda a sus mejores años, tiene un pellizco tremendo”.