-¿A qué le daría la vuelta en su trayectoria carnavalesca?
-La verdad es que no me gusta nada que esté encorsetado, no me
gusta que se pongan límites a nada. También me arrepiento de no haber
descansado más años, como hice, por ejemplo, el año del Shin Shan.
-¿A qué le darías la vuelta en el Carnaval?
-Evidentemente como todo el mundo al Sábado de Carnaval. Me parece
que es lo peor de lo peor. Y no me lo estoy inventando sino que lo he
vivido en mis carnes este año cantando a las tantas de la noche en la
calle y con un público que dejaba mucho que desear.
-¿Y del concurso?
-A las rigideces del reglamento, a los tiempos, a no poder hablar
los figurantes. A todas esas cosas que limitan la creatividad.
-¿Necesita una vuelta de tuerca del mundo del tango?
-Hay que darle más vueltas. Esto tiene que renovarse constantemente, aquí, en contra de lo que se cree, no está todo inventado.
-¿Renunciará algún día a la vuelta de tuerca que le ha dado al coro?
-Nunca me he arrepentido de lo que he hecho. A pesar de los palos que me han dado, que han sido miles.
-¿Le daría la vuelta al fallo del jurado de este año?
-El fallo del jurado es el gusto de cinco señores que para mí este año ha sido legal y valiente, sobre todo, metiendo a mi coro.
-¿Le han puesto de vuelta y media por ir de mujer?
-Sí, me han puesto de vuelta y media y además millones de veces.
-¿Para cuando la vuelta a un tipo masculino?
-En cuanto encuentre uno que me guste y me agrade no tendré problemas en disfrazarme de hombre.
-¿Y la vuelta al cuarteto?
-Dentro de poco.