Homólogos en direcciones opuestas

Son historia viva del Carnaval. La imagen de la comparsa. Y discrepan con el actual nivel de la modalidad. Eso sí, creen que su figura y su papel se están perdiendo

Por  9:12 h.

Una chirigota ha tenido que venir para resaltar el papel de los directores en este mundo del Carnaval. Una divertida parodia, bien entendida y con el cariño que merecen, homenajeaba a esos rostros que han dado imagen a los grupos más importantes de la historia. Antonio el Alemania, Tito Iglesias, Juanelo, Pepito el caja, Catalán Chico, El Purri, o los más actuales Subiela, Pedro y Mosquera. Y muchos más.
Han tenido que regresar porque «la cosa está fatal», dice la chirigota. Medio siglo después, la comparsa acapara el debate. Y ni siquiera los grandes directores se ponen de acuerdo. En el flanco más optimista se encuentra el Alemania y Tito Iglesias, «porque ahora se canta mucho mejor que antes», comenta el primero. «Y el Carnaval, como todo, evoluciona. Ahora pega el pelotazo quien tiene a la juventud a su lado», apostilla el segundo.
Enfrente no se muestran tan agradados. Ángel Subiela está asistiendo por primera vez en décadas a su primer Carnaval desde la perspectiva lejana que te permite no formar parte de una agrupación. «Y veo que falta originalidad, la gente está repitiendo lo mismo de otros años, los mismos temas, y autoplagiándose las músicas. Preocupa porque esto es un concurso de letras y mandan más las puestas en escena».
Ángel salva a Tino Tovar. Juanelo a Juan Carlos Aragón, «al que quieren aburrir pero no lo van a conseguir». Es sobre todo muy crítico con la figura del director, «que se está perdiendo, como el cuarteto. Ahora son una simple figura decorativa, para figurar, porque afina el músico».
En esto coinciden todos. «Hoy simplemente sirven para ordenar pequeños detalles porque se canta muy bien, la gente está muy preparada. Antes éramos los tuertos en el país de los ciegos», declara el Alemania.
«Los grupos consolidados se afinan solos, lo difícil es trabajar con gente nueva», señala Iglesias. Por ello cree que la primera función del director «es ser el enlace del autor con el grupo, que todos vayan al unísono y se plasme la idea del creador». Lo que ha conseguido Ángel Subiela a lo largo de su vida, aunque él diferencia. «Hay distintos tipos: unos que afinan, otros que coordinan, otros que deciden las letras… Es el capitán de esa banda, porque afinar lo hace cualquiera ya».
Críticas
Para él no sirve de mucho porque «la comparsa ya es una pelea de grillos. La prueba de que no hay nada original es que lo que más gusta es Los Majaras porque recuerdan al pasado, que fue mucho mejor».
El director también suele «crear el grupo, seleccionar a los componentes, y debe mirar la calidad humana y si se adecua al grupo más allá de su voz», comenta Iglesias.
De momento ninguno de los cuatro se ve regresando a las tablas del Teatro Falla al frente de alguna agrupación, sólo Ángel Subiela que de momento ni se lo plantea. «Sólo si llega algo que me motiva, y por supuesto no volveré a salir con dioses». El argumento que esgrime Iglesias es que la evolución del Carnaval ha provocado que su creación quede un tanto desfasada y hay que dejar paso a los jóvenes.
Juanelo apela a la «tranquilidad» de estos quince años en los que ya no sufre «los nervios de antes, la incertidumbre. No salgo más». Y desde ‘Los pescaores fenicios’ (1987) no aparece Antonio el Alemania, quien no lo descarta pero sabe que cada año que pasa es más complicado.
Pertenecen a épocas distintas en las que han hecho historia. Protagonistas de ese medio siglo de comparsas. ‘Dirertores’ artistas. Aunque lamentan que ese papel ya no sea tan relevante como antaño, defienden a esa modalidad que les encumbró a los altares. A la espera de que el carisma de sus herederos le infunda aires nuevos.