La comparsa del Jona, la sorpresa (ma non troppo) de la Final llegó antes del descanso. Son el mordisco en la manzana, y el beso que han censurado. Para ser la voz de los aislados suenan de maravilla desde el primer momento de la presentación. No han venido a pasearse. No son meros invitados en esta isla y la seriedad con la que acometen el pase lo demuestra.
Suena suave la guitarra en ese rasgueo que anticipa el pasodoble. Y, por última vez en este COAC, se alzan esos pitos que parecen ahogados. En el primero, empiezan con lo que parece la celebración de un aniversario “lanzaremos al cielo antes de salir cinco globos” . Va desgranando cómo puede ser el plan, con monedas o viajecito a la playa.”Para qué qué quiero monedas, para qué andar con el coche, sin los cielos, sin la tierra no tendremos más primaveras”. La extraña declaración de amor termina derivando en canto ecologista, pero un tanto simple (o extremadamente complejo). Rostros de incomprensión entre el público. El segundo, “a los derchos que en el mundo se devoran” ahora que desde el twitter “puedes apoyar los derechos de miles de personas”. En una relación sin concesiones, recuerda a los niños congoleños (trabajando sacando coltán), las niñas de China (“trabajando a destajo para hacer esos vaqueros)”, o marfileños (“que extraen el cacao y chocolate que nos endulzan la vida”) o los niños de la India, “niños cuyo único juego es ganar algo de paz”. Señala sin dudar a Amancio y al capital, que “siguen ganando millones”. Mientras “tú y yo desde nuestro twitter luchamos por sus derechos… mientras tenemos las manos manchás”. Mucho mejor el segundo, claro, contundente y valiente y (en eso son especialistas) bien cantado.
Último paso de Miguel, el coco de la comparsa, por las tablas durante los cuplés. El primero es a que su prima se ha casado muchas veces, va por nueve, y siempre quiere que le cante algún carnavalero. “Fíjate si está pesaíta que fue a cantar el Pellejo y el cura le hizo la segundita”. Aquí no se ríe ni Miguel. El segundo, dedicado a Miguel, le muestran su alegría por el logro de llegar a la Final. “El año que viene no habrá quien nos pare… El año que viene o salgo con Martínez Ares’, le dice el coco.
Afinación y variedad en el popurrí, mantenido sin variación. Que no nos engañen con sus cuartetas, ellos son el tiburón que devora el corazón. Al menos, el de los aficionados, deseosos de ver alguna nueva agrupación en el selecto club de las que llegan a la Final. Al acabar, aparece una pancarta que anima a hacerse donante.
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FOTOS: Comparsa Los Aislados en el COAC 2020