El Selu está cómodo en las finales del COAC. Es su terreno natural, de él y de todo su grupo. Aún así, de nuevo, no empiezan a la vez la presentación. Los problemillas de coordinación deslucen un poco un repertorio que ha funcionado mucho mejor que el de otros años, y un personaje que ha calado en el aficionado.
A toda prisa van por la tanda de pasodobles. El primero a la película del Joker. No le ha convencido, “un chaval vestido de payaso muy nervioso y estresado… eso no es real”. Va contando que el personaje “me trasmitiía violencia, me jarté darle pellizcos al que estaba a mi lado”. Daba miedo con “esa cara desencajá”. Hollywood estátomando a la gente por carajota. “Yo no veo a ese Joker… ni pa una chirigota” Pasodoble estilo Selu que recuerda al que cantó con Los Enteraos criticando que las agrupaciones llevaran al Falla “pasodobles de cachondeo”. Se pueden imaginar la reacción del público, sobre todo cuando empiezan a bailar como Joaquin Phoenix. En el segundo, repiten letra. Cantan aquel que decía que vivían al lado del hospital porque son hipocondríacos. tienen miedo al coronavirus “dicen que puede llegar productos de China”. A ver cuánto cuesta la vacuna porque “todo lo que lleve corona, no veas lo caro que sale”. Como saben que no conseguirían impacto con la letra ya cantada, tiran un tsunami de pitos al público.
En el primer cuplé, al pin parental., “ya va siendo hora que los políticos se encargaran de la educación, no van a hacerlo todo los abuelos”. El mascamiento al que nos tiene acostumbrada la agrupación da un paso más y, en algunos momentos, sólo canta Selu. Ya verás el estrés cuando vea el vídeo. En el segundo, ya cantado con las voces de todos los componentes, repiten el cuplé que narra cuando se enganchó el paracaidista a la farola en el 12-0. No se sorprendió el monarca, había visto antes a su padre “enganchado a una farola”.
Será por los nervios del personaje, o por el traspié del cuplé, que vuelven a tener algún problemilla, tampoco para perder la cabeza, en el comienzo del popurrí. Ellos bailan, cantan e interpretan y el público se lo pasa de lujo. En especial con la despedida, ya saben, tranquilo, tranquilo, me calmo, me calmo, respiro, respiro.