Faly Pastrana se mostraba exultante tras la actuación de su coro ‘Los garabatos’. Ha dado un paso atrás para liberarse de la presión con la que encaraba cada Concurso con el coro anterior, donde incluso perdió las ganas de escribir ante tanto manoseo. Ahora regresa con sus dos hijos, “que me han dado fuerzas para remar todos juntos, no en la dirección contraria como muchas veces”. Y ha sorprendido con una interpretación clásica, un giro para cambiar la tendencia.
Y es que Pastrana, que se niega a callarse y cuando habla huye de las ‘falsas’ declaraciones, le da su palito al resto de competidores. “Es que los escucho y todos me suenan sin saber quiénes son. Me suenan igual. Sin saber que están Pedrosa, Julio (Pardo), Nandi (Migueles), Rivero… sé que son ellos”. Espera que no se molesten. “No tienen por qué. Hacen lo mismo, tienen la misma técnica afinando, no son capaces de comerse el coro. Pero hay que apretar un poco más la cuenta”. Y es que “no me descubren nada nuevo, los reconozco sin verlos”. Cree que los está “alabando”, porque “siguen por el mismo camino y lo hacen muy bien”. Y aprovecha para reivindicar el tanto. “aquí es donde está la riqueza, es donde se debe trabajar el coro. No se puede estar cinco meses con un popurrí y dedicarle poco a esta pieza. Yo me llevo meses dándole vueltas”.
El primer tango es una crítica a aquellos que llegan al Falla por echar el rato. “No se puede venir de barbacoa a un Concurso que tiene tantos años de historia y que merece un respeto. Viene gente así, pero no sólo de fuera sino también de Cádiz capital”. Y seguirá dando guerra en los pases venideros. “Si vengo para no decir nada me quedo en mi casa. Esto es un parlamento de coplas que cada año nos da la oportunidad a los que no tenemos otro escenario para decir nuestra opinión”.
El pasado 2019 decidió descansar, y así ‘perdió’ a su grupo. ‘Los del patio’ siguió adelante con Pedrosa y Fernández y lograron el primer premio. Ahora compiten sobre las tablas. ¿Cuál es la diferencia este año con respecto a los anteriores? “Me siento un poco más libre. El grupo antes me tenía más maniatado. Me miraban más con lupa y se me quitaban las ganas de escribir. Eran 20 finales en 20 años y esto también cansa. Sabía que ya estaba en la final simplemente por el grupo, que canta muy bien. Y que posiblemente sea el que mejor canta de todos.