Al margen de que pueda uno estar o no de acuerdo –desde luego no con las dosis de resentimiento y amargura de Juan Carlos Aragón– con la decisión del jurado en el último día de concurso, lo cierto es que en esta ocasión, el orden de los premiados no ha alterado el producto. Años hacía que la Final había dejado a un lado su condición de pregonera –de verdad– de la fiesta para convertirse en una gala aburrida pensada por y para el resto de Andalucía, dejando atrás letras de consumo interno y repitiendo las coplas más aplaudidas en sesiones anteriores buscando el aplauso y un contrato sin pensar en que la frescura, la gracia y el ingenio son como el cariño del público, que ni se compra ni se vende. Se tiene, o no se tiene. Por eso, esta Final ha reconciliado a tantos con el concurso.
La final del pasado viernes uso de manifiesto que con los ingredientes justos y necesarios sale un buen caldo. Lo añejo de la comparsa del Puerto, la carne fresca del Vera, el sabor de Bienvenido, la sal de los dos cuartetos, el pellizco del tango –cómo me pongo de cursi– el tiempo justo de cocción y un final de antología. La decisión de leer los premios con el teatro lleno devolvió su sentido al concurso. No hace falta echar al público a la calle, como si fuera un desalojo, o como si el público no contara en esto, porque el público también da sus premios y sabe –mejor que nadie– qué es Carnaval. Y aunque faltaron, querido Monforte, las letras del año –eso que decían del periodismo cantado– y se quedaron quizá en el tintero las mejores, no faltaron las letras de la noche. Los santos y Los que van por derecho tuvieron tiempo suficiente –en apenas media hora– para sacar una letra al ordenador chamuscado del foso.
No hacen falta forillos, ni interpretaciones teatrales, ni mucho movimiento en el popurrí, ni un tipo de aguja de lo que sea. Hacen falta las letras, las voces y un público con ganas de cachondeo que, aunque pida para todos un premio –campeones, campeones– sabe que su aplauso sí que es el polígrafo, el polígrafo, la máquina de la verdad…
Esto es Carnaval
Por YOLANDA VALLEJO , 10:46 h.