En una sesión de preliminares, más aún en sábado, y todavía con más sentido al borde del final de la fase, cabe esperar que haya de todo: Agrupaciones pobres y poco trabajadas, otras en plena evolución y, por supuesto, los célebres ‘cabezas de serie0, es decir, los favoritos, por los que la mayoría del público ha pagado la entrada, los que tienen tirón. La teoría dice que el respetable tiene que probar (o soportar) a los más endebles, descubrir mientras evalúa a los intermedios y por último disfrutar de su afición con las punteras.
Pero anoche esa previsión lógica, basada en la propia experiencia de los seguidores de esta pasión hecha concurso, se rompió. Las frágiles lo fueron hasta extremos insospechados (con mención especial para ‘Los herederos del Levante’, una comparsa de Cádiz para la memoria de los aficionados); las que están en progresión mostraron algo menos de lo que hubiera gustado a todos y las grandes, con mención exclusiva a ‘Los optimistas’ del Love y Lolo Álvarez Seda, tampoco brillaron. La gran atracción de la noche tenía un reto mayúsculo: enfrentarse al pelotazo que dio el año pasado con ‘Los puretas del Caribe’. Salió derrotada de tamaño compromiso. Toda la noche estuvo por debajo de las expectativas, todo se quedó en menos de lo esperado, excepto una cosa: la polémica, que apareció. La chirigota más esperada utilizó dos instrumentos en los cuplés que no están contemplados en el reglamento. Corrillos, redes sociales y teléfonos echaban humo con rumores sobre posibles sanciones más o menos graves.