El nivel sigue subiendo a medida que avanza el concurso. Y es que como suele decirse, la verdadera competición comienza ahora, aunque algunos autores no lo crean así. Es, en esta fase de cuartos de final cuando se empieza arriesgar con las letras, cuando se mejoran aquellos fallos del primer día y cuando se pulen los repertorios tanto a nivel de contenido como en el plano interpretativo. Varios son los ejemplos que lo justifican en estos días. Y es que el concurso avanza a un ritmo trepidante y nadie quiere descolgarse. Cierto es que la sesión comenzó con varios grupos que dignamente pasaron sobre las tablas pero que difícilmente tendrán más recorrido en el concurso.
Tuvimos que esperar hasta el cuarto asalto de la noche, para degustar una agrupación que sí parece tener su sitio en la siguiente fase. La chirigota de Antonio Pedro Serrano ‘El Canijo’, que nunca deja a nadie indiferente, ‘Chernobyl’, se subía por segunda vez a las tablas. Una chirigota que arriesgaba mucho, pues maneja un humor más propio del carnaval callejero. En este caso optó en los pasodobles por la crítica a la derecha y el feminismo. Y por una tanda de cuplés en la que también da un repasito a la casta política. Lo dicho, un pasito más.
Sería otra chirigota la que también iba a contribuir a engrandecer la noche. En este caso la chirigota de Los Molina ‘Pídeme lo que tú quieras’ regaló dos pasodobles que quizás fueron lo más destacado de la actuación. Ya que la tanda de cuplés no llegó a rendir al nivel esperado, aunque el público ya estaba entregado.
Para poner la guinda a la noche, ya enfilando la madrugada, la comparsa de Jonathan Pérez ‘Los aislados’, casi cerraba la sesión. El grupo interpretó el repertorio con gusto y con potencia mejorando las sensaciones de preliminares. La tanda de pasodobles rayó a un nivel propio de esta segunda fase de concurso.