‘¡Oh Capitán, mi Capitán!’. Así comenzaba un nuevo día de cuartos de final. Se abren cortinas y aparece la comparsa de Tino Tovar, lo que ocurre después es fácil imaginárselo o no. En esta ocasión el autor apuesta por la reivindicación en los pasodobles y se aleja de la delicadeza y la dulzura a la que nos tiene acostumbrados. El grupo mejora la interpretación sobre las tablas, haciendo gala de potencia y afinación, dos conceptos que deben ir de la mano.
El coro de Julio pardo ‘Tócame’ fue otra de las agrupaciones que también hizo los deberes. Una trayectoria ascendente y a la que pocas pegas se le puede poner. El componente interpretativo es sobradamente conocido, si además le añadimos buenas letras de tangos y cuplés graciosos, el resultado es evidente.
Otra de las agrupaciones esperada por el respetable era la chirigota sevillana ‘Los gipsy scream’. El grupo mejoró respecto al pase de preliminares. Una tanda de cuplés muy bien tirada les sitúa en buen lugar, y es que en la modalidad esta pieza es la que más puntúa frente al resto del repertorio. En esto del carnaval cada uno juega sus cartas y es que no solo hay que defender un repertorio también hay que saber concursar.
