Cádiz es especial para todo y el Carnaval no iba a ser menos. Tiene un vocabulario propio, el habla de Cádiz, que ya regló y recapituló en su genial diccionario don Pedro Payán Sotomayor. Aquí renombran las cosas como se quieren, y se acortan o cambian nombres al antojo del sentir popular, o si no que se lo pregunten a la chirigota ‘El que la lleva la entiende’ que ha pasado a la historia por su sobrenombre popular; ‘Los borrachos’.
Aquí son tan especiales que al compás de 4×4 lo llaman en Carnaval 3×4, creando una complicación maravillosa que guarda al mismo tiempo la más pura esencia del pueblo gaditano.
Hablar en Cádiz de un 3×4 chirigotero es por tanto hacerlo de un pasodoble que suene a Cádiz, con su puntito clásico y sus formas añejas y puristas pero obviando que en realidad ese nombre no va acorde con la métrica musical que representa.
Con esa etiqueta del 3×4 la fiesta realiza un cúmulo de toda esa riqueza popular que forma parte del imaginario colectivo del Carnaval pero si nos ceñimos a la métrica musical reglada, hay que que decir que cada día es más difícil encontrar pasodobles que respeten los antiguos cánones del 3×4 real, no el que conocemos en Cádiz como tal y que en realidad es un 4×4.
Antiguamente (entiéndase allá por los años 60, 70 u 80) era más fácil encontrar coplas compuestas siguiendo este esquema métrico, pero hoy se ha popularizado tanto el compás del 4×4 (recuerden; el que se conoce en Carnaval como un 3×4) que los pocos pasodobles que escuchamos al 3×4 real son la excepción que confirman la regla.
En el presente COAC podemos encontrar y disfrutar de algunos pasodobles que mantienen su soniquete al 3×4. Fran Quintana lo utiliza para el pasodoble de su comparsa ‘Los Pacientes’ y Sergio Guillén Bancalero ‘El tomate’ también ha decidido componer el pasodoble de ‘La ciudad de Dios’ de este modo.
Ambos autores ya hicieron lo propio el año pasado con ‘Los buscadores’ y ‘Los niños sin nombre’ respectivamente.
“Esta estructura me ha permitido hacer el pasodoble más picado. Yo nunca había compuesto al 3×4 pero el año pasado me propuse hacerlo por primera vez ya que la comparsa buscaba recordar el Carnaval más añejo de aquellas maravillosas composiciones de Paco Alba entre otras, y me gustó. Y este año he vuelto a elegir una propuesta al 3×4 aún más rápida y picadita que la del año pasado porque consideraba que el ambiente musical de mi comparsa así lo requería”, comenta Fran Quintana.
“El 3×4 es un compás de 3 tiempos donde cada tiempo está marcado por una negra, y la primera de ellas se realza en cuanto a volumen (coincidiendo el toque de la caja con un bombazo). A mí este esquema musical me permite hacer pasodobles mas picados y cuyo desarrollo te va llevando de una forma más picarona musicalmente hablando”, explica ‘el tomate’ cuando se refiere a su pasodoble.
La pieza de Iván Romero Castellón es aún más llamativa pues este año arranca su pasodoble al ritmo del 4×4 durante el punteo y la introducción de pito aunque cuando comienza el grupo a cantar salta a un compás de 3×4 hasta el inicio del trío (parte central y con más pellizco de la composición). Durante el trío, Iván desprovee de instrumentos de percusión a su obra para dotarla de mayor realce melódico y volver a marcar el compás de 4×4 desde ahí hasta el final.
“Debido a la idiosincrasia de mi comparsa prefiero que el pasodoble entre más alegre y cortadito a ese compás de 3×4, y luego ya me meto en el compás de 4×4 porque me gusta más a la hora de realizar la crítica o escribir de forma más seria”, nos desvela Iván Romero Castellón al hablar del pasodoble de su comparsa ‘Quieto todo el mundo’.
Es cierto que ningún compás limita nada aunque el 3×4 permita a los autores hacer frases más rápidas al ser más cortadito o picadito, pero está en la pericia y la creatividad de cada uno lograr el efecto deseado en uno u otro compás.
En los últimos años, sin duda, se ha popularizado el compás del 4×4 que permite una línea más melódica porque mece más la melodía musical y uno de los grandes causantes de ello es D. Manuel Sánchez Alba ‘El Noly’ que siempre compone sus pasodobles en acordes mayores y al 3×4 carnavalesco, o sea, al 4×4. ‘Vuelve ya el 3×4, el 3×4 por bueno’… es en realidad un 4×4.
Para citar ejemplos de pasodobles a 3×4 real, además de los tres comentados que aún seguiremos disfrutando en el COAC 2020, se puede acudir a piezas tan conocidas como el pasodoble de ‘Los Fígaros’ de Paco Alba (no es que la luna tenga luz de plata), el de ‘Capricho andaluz’ de Antonio Martín (entre las flores de un jardín bello nació una rosa), el de ‘Raza Mora’ de Los Majaras (un 4 de diciembre muere un malagueño), el de ‘Charruas’ de Quiñones y Pepito Martínez (lucía un sol primaveral) o el de ‘La Ventolera’ de Martínez Ares (sin tu melena al viento).
Cada día se encuentran menos pasodobles al 3×4 pero aún podemos disfrutar de algunos y recordar todos esos que conforman la historia de nuestra tradición.