Noche de coplas en un Falla más coplero que nunca. Los concursantes del famoso programa de Canal Sur televisión animaron el ambiente de un Teatro que nunca llegó a romper pese al nivel exhibido. El portuense Nicolás García, uno de los cantantes más carismáticos de este espacio, hasta se atrevió a subirse a las tablas en el descanso para cantar el pasodoble de La familia Pepperoni con la ayuda de parte del público. Sus compañeros asistían por primera vez al espectáculo con una sonrisa cuando sonaban las chirigotas, y vibrando con las comparsas.
Y de portuense a portuense. El pregonero Javier Ruibal se dejó ver por el templo de los ladrillos coloraos, un ritual que suele llevar a cabo cada vez que le dejan sus quehaceres diarios. De El Puerto también llegaron Los gitanos, con más fuerza que nunca.
La presencia femenina fue mucho más que una simple anécdota. A la comparsa sevillana la jaleaban las damas de Chipiona en uno de los palcos del Teatro. No obstante, las locales se ausentaban de vez en cuando, un gesto que recriminaba el propio gallinero al grito de ¿dónde están las ninfas?
Mientras, al palco de La Voz se acercaba Alejandro Grosso junto a Fernando Jiménez del Cuvillo, Rafael del Cuvillo, Carlos Villar, Fernando Moreno y su mujer Patricia. En el palco de al lado, tres maquilladores de murgas uruguayas que por primera vez pisaban el Falla. Esperaban a la chirigota. Yuyu, Sánchez Reyes y Canseco calentaban voces en camerinos cantando antiguas coplillas. Los chicos de La Factoría entraban, y las integrantes de la comparsa femenina se rendían a los encantos de Paco Trujillo, El Catalán, con quien se hacían muchas fotos. Él es un veterano. No como uno de los guitarras de Los taranto Raptors, que se desmayaba poco antes de actuar debido a los nervios. Sólo un susto.
El Falla se acopla en la butaca en una noche con demasiados nervios
Los concursantes de Se llama copla disfrutan en el teatro; un integrante de Los Taranto Raptors se desmayó antes de actuar
Por J. M. Aguilera , 0:00 h.