
Hubo mucho y mucho bueno. No todo, pero sí casi todo. Se intuía una gran noche y lo fue. Los protagonistas, los esperados, y los demás, secundarios de lujo. Los papeles se repartieron con equidad para dejar satisfechos a los amantes de cualquier estilo. El rol de galán estaba destinado a Jesús Bienvenido. Lo bordó, él sabe cuáles son sus puntos fuertes y los volvió a explotar como nadie. Su agrupación hizo una presentación en escena de alto voltaje, con fuerza, la justa, sin más alarde que el de unas letras comprometidas y una musicalidad excepcional. Dieron ganas de bajarse al infierno con ellos. Y de ahí al espacio, de la mano del contrapunto cómico, el de Tino. Su arriesgada apuesta desconcertó a más de uno, pero no se le puede negar el mérito a un autor que no se conforma con hacer siempre lo mismo. Con demonios y marcianos llegaron algunas de las mejores letras que se han escuchado hasta el momento.
Pero no fueron los únicos. Nene Cheza, aunque su nombre en el cartel venía en letra más pequeña, demostró que tiene un sitio por derecho propio en cualquier superproducción. Y cumplieron con creces los invitados especiales. Simpática la de los hermanos Romero Castellón, sorprendente la chirigota de Chiclana, que también compraron entradas para el próximo pase. Lo mismo que el coro de las niñas ?Cantina las Manitas?.
Pero si hay que destacar algo aparte de ‘Los del piso de abajo’ y ‘Lo siento picha, no to er mundo puede ser de Cai’, es el cuarteto de Gago. Surrealista, desternillante por momentos y con un toque de emoción que le da un aroma que no habíamos olido hasta ayer.
Actuación completa de ‘Lo siento pisha, no to er mundo puede ser de Cai’:
Actuación completa de ‘Los del piso de abajo’:
Actuación completa de ‘Robin del Bosque y los demás de Ubrique’: