Carnaval

El día mundial de la comparsa

Tributo a Paco Alba, regreso de Ares, Martín y Selu, forman una alineación de estrellas este viernes

Por  16:26 h.
El día mundial de la comparsa

Los astros coinciden por una vez. Pasa cada mucho tiempo y todos quieren decir que estaban allí. La sombra de uno se posa sobre el otro pero aquí, en vez de eclipsarlo, se vuelve un espejo, hace que brille más. La suma de los cuerpos celestes convierte la velada en ocasión. Los grandes aficionados a cualquier cosa tienden a encumbrar todas las fechas como únicas. El partido del siglo. La película del año. El disco de mi vida. La noche más esperada. El gran día. Hasta que, al poco tiempo, encuentran otra excusa para ponerle ese mismo nombre a una nueva casilla del calendario, a un nuevo objeto del deseo. 

Pero los motivos de interés de este viernes 15 de enero, tan redondo y señalado, parecen difíciles de negar, cuesta discutirlos. Tan encadenados.

El principal es que hay un motivo para recordar al creador. El pionero casual de la comparsa. El inventor de todo esto. Francisco José María del Sagrado Corazón de Jesús Alba Medina, llámele Paco, conileño universal, falleció un 15 de enero hace 40 años. Su memoria, fundamental, esencial, será el primer acto del fenómeno astronómico de la noche. El Gran Teatro Falla abrirá sus puertas media hora antes para que los aficionados, autores e intérpretes se arrodillen figuradamente al pasado perfecto que sustenta el presente continuo. 

Se verá una película mínima, de minutos, que tratará de captar la banda sonora de tantas vidas enteras en esta parte del mundo.

El padre de todo y de todos, el observador crónico de atardeceres caleteros, puso la primera piedra -ostionera, claro- del edificio de admiración en el que hoy viven cientos de comparsistas. Arquitecto involuntario de una torre de babel que afortunadamente ya no ve y mito popular, manido como todos, indispensable como tantos. De sus creaciones cuelga cada copla, cada gesto, incluyendo un barroquismo exagerado y cargante, difícil de seguir, que distorsiona su melódica y contagiosa herencia. Pero la dejó. Es inagotable, ya habrá tiempo de reformarla, renovarla o recuperarla.

Su legado forma parte del alma de la noche, es el sol que siempre deben eclipsar otros planetas, jóvenes o menos, que giran a su alrededor. 

El más brillante, por talento y circunstancias morbosas, es Antonio Martínez Ares. Hace 13 años que se marcó un Greta Garbo, un ahí os quedáis que tengo cosas que hacer, una lavadora puesta y mucha plancha pendiente. Su gran capacidad creativa le tentó, entonces, a probar otras músicas y lo hizo con fortuna. Esa misma brillantez le animó a caer en el aburrimiento que provocan los pasos fijos del Carnaval organizado. Entre una cosa y otra, hace 13 años que pegó el portazo. Hoy vuelve a llamar, ojalá con los nudillos.

Son 13 años de espera, de ganas acumuladas entre su legión de admiradores y sus pocos detractores, unos y otros comparten un interés gigantesco, de los que reconcome, una curiosidad inacabable. Vuelve con la comparsa ‘Los cobardes‘, con grupo nuevo y sensaciones “que creía que estaban muertas”. Si hubo algo de muerte alrededor de su salida del Carnaval organizado del Falla, hoy se produce una resurrección. Se ven muy pocas y sabe mal perderse una. Será alrededor de las 21.30 de este viernes.

Martínez Ares sacó su primera comparsa en 1984, ‘Requiebros‘. Tenía 17 años y una timidez enfermiza. Pudo dar el paso gracias al calor de la hoguera de los veteranos de Paco Alba. Los de la última etapa de la Peña Nuestra Andalucía. Aquel local de los Callejones de Cardoso sirvió de resistencia, de comité de transición entre Paco Alba y el futuro. Entre una parte del grupo del maestro y el chaval que vendría después, al que adoptaron en sus primeros años. Con Pedro Romero como constructor intermedio, resultan sorprendentes los vínculos familiares e históricos entre los que estuvieron con el gran inventor de la comparsa y los que arroparon al mesías del pasodoble. En más de cuatro, de seis, de ocho casos, son las mismas personas.

El alineamiento astral seguirá una hora después con la aparición de ‘Los invencibles‘. Es la comparsa del tercer miembro de la santísima trinidad comparsista: Antonio Martín. Ha sido el más constante, el más premiado, el más longevo, el más aplaudido durante más tiempo y por más generaciones distintas. Maratoniano. Corredor de fondo. Inasequible al desliento, al desafine y casi al descanso. Este autor tuvo que hacer frente a Paco Alba el personaje de joven imponente e insolente que luego Martínez Ares interpretaría contra él. Es el ciclo de la vida, que diría Disney. Esto es una película que empezó a rodarse en un lavadero, es una historia pequeña, provincial o regional, pero necesita que cada uno desempeñe un rol clásico. Martín fue ‘El Niño’ para Paco Alba. Martinez Ares fue ‘Enfant terrible’ para Martín. Ahora se unen los tres nombres en una noche con demasiadas coincidencias para ser casual. Alguien ha manejado los hilos desde la NASA o desde el patio de las malvas.

Para completar el día mundial de la comparsa, la más esperada de las chirigotas, la que tiene marca registrada, estilo propio, sonido inconfundible, defectos reconocibles y virtudes inabarcables que saltan de padres a hijos. Las de Selu García Cossío ‘Si me pongo pesao me lo dices’. Actúa justo entre una comparsa y otra. Previsiblemente, con el público a la misma temperatura emocional que una caballa cuando la asan. Podría parecer un invitado ajeno a la fiesta, una rareza para hacer constraste, pero Selu es una creación de la comparsa. Empezó con la de Enrique Villegas (otro habitante del olimpo, el de los dioses) y fue degenerando, degenerando hasta reinventar para siempre la chirigota en 1992. Con esenciales aportaciones (como la de José Guerrero ‘Yuyu’, entre otros) le dio la vuelta con un esplendor satírico y literario desconocido a la modalidad originaria, a la madre informal de la comparsa seria. 

Creó un estándar de ingenio tan alto que ni él mismo lo alcanza algunos años. Dictaminó que hay que buscar la risa, sin obviedades, desde el primer pasodoble, desde la presentación, desde que se alza el telón, sin abrir la boca, con tipos que son personajes reconocibles por todos, moldeados con interpretaciones actorales. Para muchos, puede que sea un postre o un aperitivo, un complemento chirigotero en una noche comparsista. Para otros, será el centro de esta sesión y de cualquier otra. Incluso en plena cumbre del pasodoble sentido. 

Al menos hoy, todo empieza o acaba en la comparsa, que es una evolución de la chirigota. Selu, Ares, Martín… Todos son el mismo, el escritor que firma el manual del juego que todos quieren ver. Ríanse de las audiencias de la Superbowl, de los oscars, la Champions y las campanadas. En proporción, a escala local, todos los ojos estarán allí entre las 20.30 y las 23 horas del viernes 15 de enero. Todo el mundo con la vista levantada para presenciar cómo se alinean las coplas, como se enchampelan emociones, versos y comentarios. 

Hasta Donna Summer lo cantó ‘Thank’s God it’s friday’ (‘Gracias a Dios ya es viernes). Sólo hay que añadir la especificación Momo tras la deidad y encaja perfectamente. Ea, ya tenemos una cuarteta del popurrí más esperado de todos los tiempos.