¿El declive de la Ostionada y Erizada?

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El escaso ambiente carnavalesco que se vivió el pasado domingo en la Erizada y Ostionada debería hacer recapacitar a todos los que están implicados en la organización de estos eventos. Aunque desde hace algunos años, estos actos gastronómicos se han convertido en un ‘macrobotellón’ por toda la ciudad, en esta edición el problema se ha acentuado, porque además en esta ocasión se han unido otros factores que han desvirtuado esta celebración, como el mal tiempo o la escasez de actuaciones tanto en la Plaza de San Antonio como en el barrio de La Viña.

Las peñas organizadoras han achacado este declive a la coincidencia de los actos gastronómicos con el inicio del concurso de agrupaciones de la modalidad de adultos. Según el presidente de El Erizo, la mayoría de los grupos desecharon la invitación de la entidad porque tenían que actuar ese mismo día o porque tenían que ensayar para acudir al teatro en los próximos días. «Nosotros no podemos pagar y sólo entregamos a cambio la insignia de la peña, por eso las agrupaciones no quieren venir y este año sólo hemos conseguidos traer a representantes de juveniles y a chirigotas y comparsas de fuera de la ciudad. Incluso nos falló uno», puntualizó Antonio, el máximo responsable de la peña.

En este sentido, puntualizó que la peña no gana dinero con la organización de estos eventos, «y supone mucho trabajo para nosotros. Nosotros seguimos haciéndolo porque no queremos perder la tradición de la Erizada, que lleva muchos años existiendo y es un referente de la ciudad», agregó. No obstante, destacó que el Ayuntamiento les ayuda con lo que puede y que, por tanto, no es un problema de falta de recursos. «Yo creo que este declive sólo se ha producido este año por el inicio del concurso en el mismo día porque en años anteriores el ambiente ha sido bueno en La Viña», comentó.
Incomodidad por la carpa. También criticó que la ausencia de actuaciones de grupos punteros convierte el acto en un botellón por todas las calles del barrio.

La peña El Molino también se encontró con varios inconvenientes durante la celebración de la Ostionada. En primer lugar, la inoportuna instalación de la carpa de La Caixa, que dificultó en gran medida la organización de la celebración y que obligó a trasladar incluso las barras para repartir dignamente los ostiones y los pimientos que ofrece la peña de forma gratuita a todos los que se acercan por la plaza de San Antonio. La estructura ocupaba la mitad de la plaza, por lo que muchos de los asistentes decidieron trasladarse a otros puntos de la ciudad para disfrutar de estos manjares.
También se vio afectada por el inicio del concurso y muchos de los coros declinaron la oferta de cantar en el tablao del Molino porque no querían distraerse ante el inminente comienzo del certamen. Por este motivo, lo que siempre ha sido un estreno de coros ha comenzado a perder su esencia para convertirse en el estreno de los que lo deseen, sin hacer ascos a ninguna modalidad.

Por este motivo, quizás ahora sea un buen momento para estudiar los pros y los contras de los actos gastronómicos para encontrar una solución antes de que algo tan tradicional de la ciudad quede relegado a un simple botellón, sobre todo, teniendo en cuenta que la nueva normativa Antibotellón sí que permite que los ciudadanos consuman alcohol en la calle en estos casos. Y encima sin servicios públicos suficientes en la zona para evitar que los vándalos hagan sus necesidades en plena calle y desluzcan aún más la imagen de la ciudad.
¿Será quizás que la gente está harta de lo mismo todos los años, será la crisis que afecta a todo el país, será la cercanía con los polvorones o es sólo por las condiciones que se han dado en esta edición? El año que viene dirá…
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