La sentencia anunciada fue ejecutada nada más terminar la actuación. El coro cordobés ‘Los mon amour’, el primero que llegaba al Concurso en la modalidad desde esa ciudad, fue descalificado poco después de medianoche. Nada más poner el pie fuera del escenario, su autor y representante, el gaditano David Amaya, fue llevado al despacho del Patronato. Allí, el secretario del Jurado, que ni siquiera anotó puntuaciones durante su actuación de anoche, le notificó que estaban fuera. El motivo, el mismo que el que sirvió para expulsar a la comparsa de la misma ciudad, ‘Los molto contenti’, el martes: falta “muy grave” por participar en otro concurso de forma paralela al del Falla. Esa duplicidad contraviene los artículos 26.1.3 y 26.2.3 del nuevo Reglamento.
Hasta ahí, lo previsible. El coro lo tenía asumido, ni siquiera lo discutía. “Hemos incumplido una norma y estamos fuera, ya está. El año que viene haremos dos coros distintos, uno para Córdoba y otro para Cádiz. Y punto”. Tan es así, que anoche salieron a toda prisa a la 0.40 horas hacia Córdoba porque cantaban en la final de aquel concurso, alrededor de las cuatro de la mañana.
Sin embargo, Amaya se mostraba dolido con algunas actitudes anónimas que superan cualquier límite. “He recibido insultos y amenazas telefónicas en mi propia casa durante toda la semana, delante de mi mujer y mis hijos. A eso no hay derecho”. El autor, y el coro por extensión, ha sido insultado en distintos foros durante toda la semana. Incluso, hubo llamadas anónimas en internet a boicotear su actuación con abucheos u otros ataques. La tensión era tanta que el autor y los componentes llegaron al Teatro discretamente acompañados de policías de paisano. La organización también estaba en alerta. Finalmente, todo se reveló como una exageración preventiva. Hubo algún grito aislado en su contra durante su actuación, desde Gallinero, pero nada más. Normalidad total. Faltaría.