¿”Quillo, quillo, como ha estado”?. Es lo primero que dijo Antonio Álvarez El Bizcocho anoche tras estrenarse en el COAC 2020 con su chirigota ‘Los coucher lowcost’. Lo hizo con más nervios que otros años, muchas vicisitudes en los meses previos al Concurso, un tipo algo menos impactante que los últimos años pero la frescura de siempre. El resultado lo explica él mismo: “Se pasa mucho estrés, te juegas mucho pero tengo sensaciones buenas”.
La creación de la chirigota este año “ha sido muy lenta” y “complicada” por motivos “personales, laborales… y mi grupo ha tirado mucho de mí”, expresaba anoche tras bajar de las tablas del Falla con un semblante ya relajado y apelando a “disfrutar” y “estar contentos” a partir de ahora.
Pese a los problemas previos y a cambiar la idea inicial del tipo “porque entendimos que necesitábamos un tipo más abierto”, el Bizcocho pudo cruzar anoche el Segundo Puente de regreso a San José de la Rinconada más tranquilo porque “no hemos dejado a la gente con la cara demasiado partida y han reaccionado bien”.
Homenaje a Manolín Santander
A uno que seguro dejaron contento fue al Dios Momo de este año, Manolín Santander, autor de la música de la chirigota, a quien le dedicaron la letra de un pasodoble. Para él, el Bizcocho tuvo tras la actuación palabras de cariño y amistad de parte de todo el grupo: “Aquí está su chirigota de Sevilla, sus amigos, para lo que necesite”.
En lo competitivo la chirigota sevillana ya se ha acostumbrado a tocar premio o la Gran Final y este año esperan, confesaba anoche El Bizcocho, al menos estar entre las diez primeras. A nivel personal, el reto que tiene Antonio Álvarez en este COAC 2020 es muy fácil, además de su especialidad: que todos los componentes del grupo se lo pasen bien hasta el final del Concurso.