Dos lágrimas y un duende en la garganta

Concierto

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Diego el Cigala es reconocido por el mundo del flamenco como el heredero de Camarón de la Isla, por su timbre de voz y la fuerza y personalidad de su música. Ayer el Carnaval permitió que derramara sus dos lágrimas en San Antonio, con un concierto que abarrotó de nuevo la plaza y sus calles adyacentes.
El cantaor madrileño, aunque con una trayectoria mucho más consolidada, quizás no tenga los mismos fans que Manu Carrasco, quien arrasó el viernes. Pero es Cádiz, en Carnaval, en un lugar privilegiado y céntrico, y gratis. De ahí los problemas para encontrar un hueco en el que observar al Cigala.
Pasadas las 22.30 horas comenzó el concierto. El tiempo acompañó y los pronósticos agoreros se quedaron en el olvido, tras haber respetado durante el Carnaval.
El público siguió la actuación de manera intensa, aguantando los aplausos en ciertos momentos para arrancar en olés cuando el ambiente lo demandaba. La música sonaba. El Cigala se ha rodeado de grandes artistas cubanos y españoles para versiones boleros, coplas y tantos. Por ello la expectación cuando sonaron Dos Gardenias, Historia de un amor o María de la O.
Melodías cubanas, sonidos españoles, letras italianas, toque argentino. El eclecticismo de El Cigala no deja indiferente a nadie. Y por segunda vez consecutiva lo eleva a los altares tras su enorme éxito con Lágrimas negras junto a Bebo Valdés.
El último quejío se quedó suspendido en la plaza, con ese recuerdo especial para el mítico cantaor isleño, que ayer no sólo fue un recuerdo.
Pasada la madrugada acababa el concierto y San Antonio comenzaba a convertirse en un macrobotellón con mucha gente disfrazada tomando posiciones.