Si no llega a ser por esa chavala y por Falete, que por ser enana una y mariquita el otro tienen la obligación de aguantar todo lo que les digan, este año no hubiera habido cuplés decentes. Porque han ocurrido tan pocas cosas este año…Por eso los gaditanos nos ponemos contentos cuando vislumbramos una salida a nuestro ingenio, ironía, guasa y buen humor. Cuando vemos que podemos darle rienda suelta a nuestra capacidad creativa y que nos salgan esos cuplés que nos salen que son la envidia del mundo entero por su originalidad, chispa, sal, doble sentido y elegancia. Sobre todo ahora, que, gracias a Internet, en cualquier lugar del mundo pueden conectarse con nosotros y disfrutar de lo nuestro.
Ahora es cuando se van a morir de envidia en todas esas ciudades lacias de España cuando vean el buen gusto y la gracia a raudales de agrupaciones como Fría, tiesa y dura… o aquel cuplé que decía que la enana tiene la altura justa pa un mamasso (con perdón). Qué arte.
Tele 5 no se puede imaginar el favor tan grande que nos ha hecho; porque, claro está, ya el «mudo del Palillero» está muy quemado. Además, a la enana la conoce todo el mundo; por eso, quien escribiera la carta (que debería ser el concejal de Fiestas si es que está en Cádiz), debería sugerir que, cada año, metieran en la casa de Gran hermano a un deficiente físico: un cojo, un jorobado, un sordo…Y verían los pedazo de cuplés que les iban a salir a los poetas gaditanos. Porque a los poetas gaditanos sólo hay que darles un empujoncito; un motivo por el que coger el boli; una vez que se les da ese empujoncito, no hay quien maneje la pluma mejor que ellos. Lo que pasa es que si todo lo van a tener que hacer ellos: buscar el tema, desarrollarlo…Así no hay manera de que salgan cuplés buenos.
Y ahora voy a permitirme, como esto del Concurso me gusta cada día más, hacer una sugerencia a la organización para que, en sucesivas ediciones, se contemple la posibilidad de incluir entre las ninfas a alguna muchacha que también tenga una deficiencia física; puesto que ya que ellas están obligadas a soportar, con la sonrisa en su rostro, todas las bromas que les gasten los chirigoteros y, encima, jalearles para que no se enfríe su actuación, podrían tener la inmensa fortuna de que también cayera algún cuplé; y qué mayor orgullo para una muchacha que, además de representar a la guapa mujer gaditana, adornar la cabalgata y el palco del Falla, pasara a la historia porque tal o cual poeta de Cádiz le hubiese dedicado un cuplé que, a parte de hacer reír a los enanos mentales, la inmortalice para que sus nietos puedan, el día de mañana, sentirse orgullosos de su abuelita la ninfa.
Mañana será otro día.