DeMaría nació en Jerez un 20 de enero de 1976, cuatro meses antes de que el 6 de junio de ese mismo año tuviera lugar la última edición de las Fiestas Típicas Gaditanas. El recién nacido no trajo un pan debajo del brazo pero sí un aire a libertad y evolución que se consolidó cuando con un solo añito de vida la fiesta más genuina del pueblo gaditano volvió a celebrarse en febrero bajo la denominación de Carnaval.
La vida de David parecía prosperar al mismo ritmo que los carnavales desempolvaban su libertad. Y quizás por el azar o por ese hilo invisible, el joven jerezano fue interesándose cada vez más por la música. Con sólo 14 años se inició como cantante y músico en el grupo Kelliam 71, en el que durante seis años aprendió a tocar la guitarra y a ganar tablas sobre el escenario. Con 19 años se inició como solista y sacó su primer álbum al mercado con temas como ‘Amor multiplicado por dos’, ‘Nuestra historia’, y ‘Aprendiendo a vivir’.
Lo que viene después es de sobra conocido. Hoy David es un artista maduro, con innumerables discos vendidos y conciertos a sus espaldas, su música ha traspasado fronteras pero él sigue siendo aquel niño afable que cantaba con amigos en su Jerez de la infancia, cálido en palabras y con un trato cercano y amable. Charlar con David trae a equivoco pues pronto crees que lo haces con un amigo de toda la vida.
–¿A David DeMaría le gusta el Carnaval de Cádiz?
–La duda ofende, y solo estamos en la primera pregunta ¿eh? (Ríe). Llevo años hablando de ello. Me encantaría que te la pudieran responder los que me conocen de verdad. Ser carnavalero es un honor que llevo como referencia y por bandera a pesar de mis propias formas a la hora de componer. El sentir el cante, las letras, las músicas y las agrupaciones me llevaron desde la infancia a que me gustase el carnaval.
–Siendo de nuestra provincia imagino que habrá crecido con referencias musicales vinculadas al carnaval, ¿recuerda alguna copla o agrupación que le gustase especialmente?
–Nací en el año 1976 así que me enamoraron las comparsas A fuego Vivo, Entre tus brazos, Tras la máscara, España la nueva, Doremifasoleando o Soldaditos. También tengo un gran recuerdo de chirigotas como Los Comboys de a pejeta o los Güanaminos, y por supuesto del cuarteto de Rota… En esa época comenzó todo y así hemos seguido hasta la actualidad. Aún tengo las finales de mi juventud grabadas en VHS y muchas grabaciones en cassetes de la radio. Por aquel entonces no existían las tecnologías digitales de hoy.
–¿Cómo va a afectar el Covid al mundo de la música, de la creación?
–Al de la creación aunque suene a masoquismo le va a venir bien pues ahora se tiene más tiempo para crear, para masticar y para seguir investigando en casa, pero para el sector cultural al igual que para muchos otros estos momentos están suponiendo una catarsis, un reinicio, y el miedo es quedarse en el camino.
–¿Cuánto de Carnaval tiene la música de David DeMaría?
–Más de lo que tú crees y menos de lo que aparenta, pero es algo esencial y suficiente de lo que me nutro sin duda. Imagino que vivir en Madrid, que me gusten otros estilos de música, y rodearme de otros músicos y ambientes también me alejaron un poco de seguir basándome tanto en el carnaval, pero el pasodoble de Cádiz y su carnaval para mí siguen siendo la base de una canción de David de María.
–¿Qué tiene nuestra tierra para que de ella brote tanto ingenio y tantos artistas?
–(Toma aire para intentar enumerar los motivos) Historia, cultura, belleza natural, raíz emocional, mestizaje, fusión… Hambre, paro, necesidad, don, magia, talento innato… Y un duro y precioso largo etcétera de muchas otras cosas.
–¿Qué palabras de aliento puede enviarle a los aficionados a nuestra fiesta que este año no podrán vivir las coplas de sus agrupaciones preferidas?
–Quizás sea momento para recordar repertorios de hoy y del ayer. A los autores les puede incluso venir bien este parón en el estresante mundo de la composición, sobre todo para hacer nuevas músicas. Creo que los últimos años han sido fabulosos en creatividad, antes de que se fuera el genio de Juan Carlos Aragón y otros grandes maestros hemos vivido épocas muy doradas y emotivas que van a quedar para siempre. Vivir el regreso de Antonio Martínez Ares supuso una grandísima alegría en estos últimos tiempos también. Pero es ahora cuando se valoran más las grandes tardes, noches y madrugadas que hemos vivido en el Gran Teatro Falla antes de esta maldita pesadilla que no ha tocado vivir y superar. Ojalá pronto volvamos a disfrutar de nuevas coplas como siempre habíamos conocido.
–¿Saldría David DeMaría en una agrupación de Carnaval?, ¿qué modalidad le llama más la atención, la chirigota, la comparsa, el coro o el cuarteto?
–En mi época escolar escribí y salí en unas cuantas agrupaciones infantiles y juveniles; Los Kárates de Manteca, A los Gnomos nos duele el lomo, Cantan como Loros… Todas chirigotas, y luego en Dándole Belleza y Vida y Pasión se me fue la olla romántica y me hice más comparsista épico-trágico-cómico. Pero la verdad es que me encantaría experimentarlo algún día.
–Como fenómeno creativo y compositivo ¿qué significa el Carnaval de Cádiz?
–A la historia acontecida cada año a nivel local y mundial en pocos pueblos del mundo se le escribe y se le canta durante unos cuantos meses seguidos en un gran teatro, el Carnaval de Cádiz es un inmenso legado histórico artístico, musical y cultural muy importante por encima de las épicas, las pasiones y los gustos.
–¿Se ve David DeMaría pregonando el carnaval de Cádiz? ¿Le gustaría?
–Solo el reto de contestar a tu pregunta da verdadero vértigo, lo han hecho grandísimos compañeros y amigos a los que admiro y de los que aprendo, antes que David DeMaria hay una larga lista de gente mucho más importante para la historia y el Carnaval de Cádiz. Yo siempre seré un eterno aficionado.