COAC 2020

Cuartos COAC 2020 Chernobyl, ‘El musical’. Una radiación que busca extenderse

Bonito pasodoble contra los micromachismos en el Carnaval de la chirigota del Canijo

Por  23:10 h.

Valoración: A SEMIFINALES DEL TIRÓN 

 

La chirigota del Canijo parece haber perdido, en la presentación, la ventaja que suponía en preliminares el efecto sorpresa del tipo. Pero mantiene, a base de letra y golpe, la tensión soviética. Meten en la presentación, a la hora de contar qué da miedo, a “un chino estornudando”, que es muy celebrado. El público, algo frío en los primeros sones y eso se contagia.

 

En el primer pasodoble de nuevo vuelve la sensación de que ha vuelto la comparsa de Bienvenido. No sólo de pamplinas vive esta chirigota, que pía a un gran nivel. Este primer pasodoble es un piropo a Cádiz, con “esa lunática forma de ser que da el levante”. Pero la razón más importante de que merezca el piropo, “ese motivo de orgullo, que el palco que tengo aquí delante no tenga ningún asiento para fascistas” . El segundo a las que, desde un exacerbado discurso, miran con lupa cada letra haciendo “una examen oral” buscando micromachismos. A ellos, girito temprano, les parece estupendo “cómo te lo voy a negar, si eres mi hija”.  Se siente orgulloso de “verte cómo te rebelas contra la letra de los hombre, tú léele la cartilla a este machote de pacotilla”.  Terminan cantando tan al filo del escenario parece que se van a caer.

 

Van con los cuplés de Pripyat. El primero a los que lanzan petardos en Navidad, “y eso que la cosa no está para tirar cohetes”. Los perros se deprimen, el de Kichi no se asusta, porque tiene que estar “a los petardos acostumbrado”. El segundo, a los que van al gimnasio y solo hacen brazos y espalada, “y luego somos nosotros los deformados”. Levantan 400 kilos y no ayudan a su madre con los mandado. Explican el drama de tener un cuerpo doble: “De cintura para arriba, Stallone, de cintura para abajo, Echenique”. Los dos funcionan a la perfección. El estribillo, cortito, ya coreado por el público.

 

La actuación ha ido subiendo de grados (o de grays) y ya las cuartetas del popurrí  rotan mejor que el rector antes de la explosión. Los remates encajan sin excepción, desde el del “el del botón eras tú”, al “dime este dedo, ¿de quién era?” O su tanguillo a la ucraniana (“Ucraniana, ucraniana, eres la más irradiante de la nación”). No tienen ilegales porque en la calle no se puede estar. Se despiden, con los sones de Las Viudas, con “ya me voy pa Chernobyl”. Vuelve a emocionar ese menaje final optimista con la lección carnavalesca que compartir “seas de Chernobyl, de Santander o de Aragón”. No dejan tan buena sensación como en las preliminares, cosas de la radiación.

 

 

 

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FOTOS: Chirigota ‘Chernobyl, el musical’ en el COAC 2020