Las sesiones de preliminares del COAC tienen el encanto de poder ofrecerte lo mejor y lo peor, la cara y la cruz del Concurso de coplas del Carnaval de Cádiz en un sólo día. Incluso con la misma modalidad y, casi, casi, con la misma localidad. Porque si el Canijo de Carmona fue de lo mejor, la agrupación de Carmona, también chirigota, fue de lo peor. La noche dejó también como destacado la peculiar manera de entender el coro de Valdés y de Aguilera que, con su cuarteto, se llevó una de las mayores ovaciones de la noche.
El Canijo ha mutado. Será la radioactividad. Giro absoluto a su forma de hacer Carnaval. Adiós foam, se despide también del modo infantil y el humor blanco, excesivamente medido, para crear una chirigota gamberra, canalla, arriesgada y jodida. Se ríe de todo y en la época de los ofendiditos representa un peligro. Pero le ha salido bien. La presentación tardaba en entrar pero la música de Bienvenido comenzó a crear esa magia que necesita toda actuación. Hasta se les quita el acento. Cuplés de preliminares, de trámite, y popurrí sensacional, repleto de golpes en innumerables cuartetas. Adecentando la parte clave, aspira a lo máximo.
Es el coro de mayor dificultad. Porque es muy difícil que 40 tipos cantando de esa forma haga reír, y viven de la risa. Por eso su actuación es irregular y depende mucho del gusto de cada cual. Bonita música de tango de Valdés, muy clásico, sencillo, obra del Lacio.Segunda letra para Manolo Santander pero no por chirigotero, sino por cadista. Mejor el primer cuplé que el segundo. Mucho movimiento en el popurrí.
La chirigota de Carmona, de la que surgió el Canijo, cuajó una actuación bastante pobre. Le echaron ganas con el tipo de discoteca de los años 90, pero se quedó en eso. Bromas de otra época y una puesta en escena que no terminó de conectar con el público terminaron de sentenciar a la agrupación que, no obstante, disfrutó bastante sobre las tablas
La vuelta al Concurso del Carnaval de Cádiz de Ripoll con la comparsa de Sevilla cumplió el expediente. El que tuvo retuvo y autor, pese a abusar en ocasiones de la metáfora de los duendes y del espíritu del Carnaval. Será de las que esté en la barrera para pasar a Cuartos o quedarse fuera.
El cuarteto de Javier Aguilera volvió a tirar en su repertorio de una batería de chistes, muy por encima del hilo argumental de la parodia y del tema libre. Con un público entregado, volvieron a hacer gala de las dotes interpretativas de Selu Piulestán, Javi Aguilera y Joselito. Plantearon la historia de un trasunto del Titanic, el Caitanic, que seguirá dando juego en los siguientes pases.Se pasaron en un minuto y medio del tiempo, por lo que tendrán una penalización.
La chirigota presentó una idea que parecía que podía dar juego pero que no acabó de funcionar. Eran unos zombies adictos a la tecnología. Como le ha sucedido en otros años, las letras no tenían calidad y se fueron apagando conforme fue avanzando el pase.
La comparsa de Andy, de Andy&Lucas, rayó a un buen nivel, con la música bastante por encima de la letra. Lo mejor del repertorio fueron los pasodobles que, a ser la pieza que más puntúa. En la interpretación, han dado un paso adelante respecto a otros años.