No es ninguna novedad decir que la libertad de expresión es una seña de identidad del carnaval en cualquiera de sus facetas. Lo que parece que no termina de quedar muy claro es dónde se sitúa el límite entre el humor y la falta de respeto.
En Málaga una agrupación ha traspasado esa línea roja, a juicio de la propia Fundación del Carnaval, y ha sido sancionada con dos años sin poder participar en el concurso malagueño según informa el Diario SUR. Se trata del cuarteto ‘Los siervos de Alba’, que actuaron en la segunda sesión de preliminares.
Segúnun comunicado emitido por la Fundación del Carnaval varios de los participantes (todos menores) insultaron y faltaron el respeto a su directora, Alba Prieto (conocida como Alba chica latina), eso sí, con el beneplácito de ella misma.
https://www.youtube.com/watch?v=-2rh9VuIHAc&feature=youtu.be
Tras revisar la actuación, inscrita legalmente en el Concurso Oficial de Agrupaciones, la Fundación del Carnaval ha decidido aplicar el punto 24.2 de las bases del mismo: “Sancionará a cualquiera que actúe como persona física e individual (independientemente de que pertenezca o no a cualquier colectivo participante en el COAC) e incida en el normal desarrollo del programa de fiestas y/o afecte de forma notoria a cualquier aspecto cívico o legal en el desarrollo del mismo (disturbios, peleas, falta de decoro, insultos o falta de respeto hacia los miembros del jurado, miembros de esta fundación o a dicha fundación como entidad, etc.)”.
La actuación comenzaba con Alba sentada en un butacón en el escenario con una camiseta de el Sevilla F. C. El resto de los componentes actúan como siervos de ella, pero en un determinado momento, se rebelan y empiezan a insultarla con referencias directas a su aspecto físico. Puedes ver la actuación del cuarteto en el siguiente enlace:
Puede ver el vídeo de la actuación, a partir de las 3 horas, 2 minutos.
Hasta el momento en el concurso gaditano no se ha producido una situación similar en la que el jurado, o el propio Patronato, haya sancionado a una agrupación por considerar que su lenguaje es denigrante y en nada favorece a la fiesta, aunque tampoco es menos cierto que cada vez las letras están más miradas con lupa tanto por determinados colectivos sociales como por el público en general. ¿Podríamos llegar a vivir una situación como esta sobre las tablas del Falla?