Los aficionados al Carnaval de Cádiz se trasmitieron en la tarde de este martes otra triste noticia, el fallecimiento de otra gran figura esencial en su querida tradición: el de Francisco Rosado, Paco para todos. Su muerte es una pérdida irreparable especialmente para la chirigota, de la que fue un renovador histórico en los primeros años 80.
Se ha marcha uno de los nombres más reconocidos de la fiesta, tanto como autor y director de agrupaciones, como en su más reciente faceta de comentarista. Paco Rosado fallecía en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz víctima de una crisis cardíaca cuando estaba ingresado por una neumonía bilateral causada por el Covid-19. Tenía 73 años.
Rosado fue director e integrantes de agrupaciones memorables como ‘Los cegatos con botas’ (1983) y ‘Los carreros de la Alianza’ (1985) o ‘Los llaveros solitarios’, aunque su nombre siempre quedó unido a una chirigota legendaria, revolucionaria ‘Los cruzados mágicos’ (1982). Aquel repertorio, la forma de crearlo e interpretarlo marcó a una generación entera de aficionados, reformuló la modalidad, la reinventó.
Ese trabajo fundamental y colectivo puede considerarse el mayor logro de su larga y diversa carrera carnavalesca. Lo consiguió con sus amigos y sus compañeros de quinta. ‘Los cruzados mágicos’ es un hito extrañamente eclipsado, al menos infravalorado, en la historia y entre muchos aficionados jóvenes, sobre todo, aunque se trata de una frontera, un progreso gigantesco.
La leyenda de ‘Los cruzados’
La evolución que produjo es comparable a la que, diez años después, en 1992, causaría ‘El que la lleva la entiende’ de José Luis García Cossío, José Guerrero ‘Yuyu’ y Erasmo Ubera.
Después de ‘Los cruzados’ mantuvo esa línea, de humor elaborado y elegante, con letras ácidas, con intención política y de mayor calidad lírica que la de generaciones anteriores de chirigotas. Además, Rosado aportaba un exquisito gusto musical, perceptible sobre todo en los pasodobles. Fueron esos los mejores años, con colaboraciones discontinuas, efímeras, con brillantes compañeros como El Gómez, Manuel Rocha, su hermano Emilio y muchos otros. Buena parte de ese grupo era, sin saberlo, creadro del actual fenómeno del Carnaval callejero, con las primeras chirigotas que renunciaban a participar en el Concurso. Ese gran ciclo culminó con el escándalo de ‘Los cubatas’ (1986), chirigota comparable a las anteriores pero apartada de la Gran Final en una decisión que provocó un boicot del público a la última noche. Ese recuerdo también marca su trayectoria.
Debut comparsista
Aunque menos conocida, también tuvo una notable relación con la comparsa. Debutó en la modalidad, con apenas 24 años, en la mítica agrupación ‘Los aventureros’ de Antonio Martín, en el año 1973, tras haber disfrutado de los coros con espíritu iniciático, inocente y juvenil como era propio en la época.
Era por entonces un tímido operario de Astilleros Españoles que pidió a sus compañeros de trabajo, ya comparsistas, que le ayudaran a participar en esa aún nueva modalidad del Carnaval que le apasionaba. Le dieron la oportunidad y ya nunca salió de un mundillo que jamás le olvidará.
Tras el glorioso episodio de chirigotas en la primera mitad de los años 80, volvió a tener un episodio comparsista espléndido. Fue en 1993, junto con su amigo Luis Ripoll con ‘El Bache’, segundo premio y fijo en el repertorio colectivo de los aficionados para siempre. Este grupo recuperó un gusto por la comparsa melódica y sencilla en plena época de crecimiento de los jóvenes Martínez Ares (que ganaría ese año con ‘Los miserables’), de toda la complejidad de voces y músicas, de excelencia, que luego prolongarían autores como Aragón, Tino Tovar, Carapapa…
En las últimas décadas, ejercía como articulista y comentarista de Carnaval con un estilo tan sincero, directo y libre como cuando era autor. Eso le valió algún que otro disgusto con carnavaleros de poca cintura.
Un día de luto
El alcalde de Cádiz, José María González, decretó un día de luto oficial. González Santos señalaba en su comunicado que «el Carnaval y Cádiz se quedan un poco más huérfanos con el fallecimiento de Paco Rosado, uno de los artífices de la revolución de la chirigota en los años 80 del siglo pasado y que contribuyó a su configuración tal y como la conocemos actualmente y del Carnaval en la calle». González ha subrayado que «su estilo a la hora de participar en la fiesta le hizo enfrentarse a algunos, pero también le granjeó el respeto del mundo del Carnaval y de la ciudad».
Por último, el alcalde resaltaba «su defensa de los derechos de los trabajadores y de las personas más vulnerables» además «de ser un padre y un compañero ejemplar». Este mensaje simboliza y resume los de cientos de autores, componentes, directores y aficionados que ayer transmitieron su pesar en las redes sociales o a través de los más diversos medios de comunicación.