-Recién cumplida la mayoría de edad fue nombrada Diosa ¿ha cambiado mucho esta elección desde 1990?
-Antes las que éramos nombradas ninfas y Diosa teníamos un papel verdaderamente representativo del Carnaval. No existía esta imagen que existe ahora de que la ninfa sea una mujer florero.
-¿Cree que deberían darle la vuelta al proceso?
-El Patronato debería conseguir que estas chicas tuvieran un verdadero papel en el Carnaval. Que no sirvan sólo para aplaudir en un palco en el Falla. Seguro que en Valencia a ningún valenciano se le ocurre meterse con las falleras. -Usted no sólo se conformó con ser Diosa. Fue una de las componentes del primer cuarteto femenino del concurso.
-Y guardo muy buen recuerdo de esta experiencia. Creo que fuimos un revulsivo para una modalidad que empezaba a agonizar. Y desde entonces han llegado al Falla cuartetos buenos, a parte del Morera y Gago que son geniales.
-¿Es muy difícil la modalidad?
-El cuarteto siempre tiene que sorprender en cada pase y, conseguirlo, es complicado. Pero reconozco que es la modalidad que más me gusta.
-¿Volverán?
-Si el trabajo lo permite, regresaremos el próximo año.
-Este año las mujeres han vuelto, pero en un coro.
-Y es lo ideal. Que participen pero sin que sea una anécdota. Que la mujer en el concurso sea habitual. Adela del Moral, a la que admiro, rompió muchos tabúes, a pesar de las críticas. Pero nadie tiene derecho a juzgar. Sólo el jurado, que es que debe determinar si la agrupación es buena, o no.
-¿A qué le daría la vuelta en el Concurso?
-A la Final. Es la noche donde podemos disfrutar de las agrupaciones de calidad y, sin embargo, es la noche más corta, mientras que las preliminares son largas y aburridas. Si limitamos las finales a tres grupos por modalidad no tendremos oportunidad de escuchar a las grandes. ¿Qué hubiera pasado si La familia Pepperoni no hubiera pasado a la Final? Nunca hubiéramos podido disfrutar de nuevo con el pasodoble al Cádiz Club de Fútbol.
-¿A qué le daría la vuelta al Carnaval?
-A los macrobotellones que se organizan en los actos precarnavalescos y a los que surgen el sábado de Carnaval. Antes se podía ir por la calle y ahora damos una imagen bochornosa. También le daría un cambio a la cabalgata, que fuese más digna.