Toda revolución requiere una preparación. Un cuartel general, un comandante que dé las órdenes y un grupo de insurrectos que las obedezcan. La guerrilla chirigotera de Er Chele Vara no iba a ser una excepción. Cuando aún estaban preparando el asalto más esperado de la noche en el Falla un infiltrado de La Voz del Carnaval se coló en su escondite para descubrir qué armas tenían, qué objetivos buscaban y, sobre todo, cómo iban a defender los principios del juancarlismo gaditano.
Sobre las 16 horas ya estaba lista la tropa en el cuartel de Enrique de las Marinas. Las primeras voces que daban las órdenes eran las de las maquilladoras de Pinceladas de las que los revolucionarios «tratan de esconderse, pero al final tienen que obedecer», como contaba Vanesa, una de las maquilladoras mientras daba un aspecto más fiero a uno de los componentes. «A mí no me vayas a poner más pelo», bramó el camarada Javi Otero a lo que las maquilladoras retaron: «¿Que no? Ya veremos».
Los niños pululaban en el local momentos antes de una revolución en la que Otero comentó que «nuestro peor enemigo somos nosotros mismos». Pronto desvelaba cuál era el objetivo de estos revolucionarios «que quieren Cádiz para los gaditanos y que creen que no existe vida más allá de Puerta Tierra» no el un asalto al primer premio «aunque, por supuesto, venimos a competir».La agrupación, cuenta Otero mientras las tropas se van agrupando en el local y se hace acopio de botellas de agua, tiene dos armas con las que apuntalar su pase por el Falla: «por una lado, la poca vergüenza, que a eso no nos van a ganar… y por otro el que vamos sin presión».
Los revolucionarios niegan, mientras les dan las últimas pinceladas, que pese el ser la chirigota del comandante Juan Carlos Aragón. «La idea surgió casi como una broma tras un artículo de opinión y al final ha sido cosa del destino el que hayamos terminando sacando la chirigota… hemos tenido que ir reclutando casi uno a uno a los componentes», confiesa Otero.
Cuando se le pregunta sobre a quién van a enfadar estos revolucionarios, tuerce un poco el gesto. «En principio a nadie, esto lleva un doble sentido constante y habrá quien no lo vea.. o no lo quiera ver. No nos preocupa, si te digo la verdad. Somos conscientes de que, si te escribe Juan Carlos, acabarás cantantd lo que él quiere, para lo bueno y para lo malo».

Preparativos de la chirigota Er Chele Vara
Mientras terminan de maquillarlos a todos, llega el comandante (con permiso de Joaquín Revuelta, el director). Juan Carlos mira «a mi CDR gaditano». Parece satisfecho mientras fuma con aplomo de líder revolucionario: «la tropa está lista».
Antes de marcharse, las maquilladoras señalan al único enemigo: «que con la euforia o los nervios empiecen con los besos y los abrazos y se termine yendo el maquillaje…»