Concurso atípico donde los haya. Está claro que el COAC 2018 está dejando situaciones nunca antes vividas en el Carnaval de Cádiz o, al menos, tan mediáticas y con tanta repercusión en las redes sociales. Vuelve a la palestra Andrea Janeiro ‘Andreíta’, una chica que, a priori, no quiere ser personaje público y, sin embargo, ha abierto la Caja de Pandora en el lugar y el momento menos indicados, si es que realmente lo que quiere es pasar desapercibida.
El amago de denuncia contra la chirigota sevillana ‘Una corrida en tu cara’ por haberse burlado de su aspecto físico en un cuplé ha reavivado el debate sobre los límites de la libertad de expresión en los repertorios de carnaval. Una cuestión que ya vivió un primer episodio cuando la chirigota chiclanera ‘La familia Verdugo’ ponía a Puigdemont en el cepo y preguntaba al público si le cortaban la cabeza. En este caso varias entidades y colectivos, entre ellos el Centro Catalán de Negocios, llegaron a solicitar que la Fiscalía actuase por presunto “delito de odio”. El asunto, además de incendiar las redes, llegó a periódicos de tirada nacional y programas de televisión.
Muchos fueron entonces los autores y grupos que, de manera casi inmediata, reaccionaron en favor de la libertad de expresión y arropando al grupo chiclanero por la tesitura en la que se había visto envuelto. Las letras de respuesta tampoco tardaron. La primera en caer fue la escrita por José Manuel Martínez Sierra, el Taka, para la chirigota ‘Este año nos veréis en el altar’.
Precisamente este autor ya tuvo que enfrentarse a una denuncia interpuesta en el año 2010 por el Sindicato de la Policía Local por un pasodoble de la chirigota ‘Los famosos’ sobre los “modales” utilizados por los agentes del cuerpo policial de Cádiz. El sindicato consideró entonces que esta letra perjudicaba el “honor y prestigio” del colectivo aunque el juez archivó la denuncia “al no encontrar elementos objetivos como para apreciar injurias o calumnias en las letras que la agrupación dedicó a las fuerzas del orden”.
Como recuerda el propio autor “ese asunto era incluso más grave porque se trataba de la Policía Local. Al principio reconozco que sentí un poco de temor por las posibles consecuencias que ello pudiera conllevar, pero en este caso estamos hablando de una burla a un personaje televisivo, son cosas muy distintas. En este caso no veo que sea una cosa tan ofensiva. No es para tanto”. Así el autor reivindica que “el Carnaval de Cádiz siempre ha sido así, es crítica, es sátira, es la esencia del carnaval y siempre será así. De hecho nosotros somos los primeros que nos metemos con nosotros mismos”.
Considera que, si finalmente Andrea Janeiro pone la denuncia, “lo más seguro es que no llegue a ningún lado” e insiste en que “la libertad de expresión es lo más valioso que tenemos y deberíamos ser nosotros mismos los primeros en defenderla. Tenemos que luchar por conservar esa libertad de expresión”.
Por todo ello el Taka aconseja a Andrea Janeiro “que no se lo tome a mal, que esto es carnaval, y cuanto más diga ella sobre el tema, peor va a ser porque entonces le van a hacer más chistes. Yo creo que lo mejor sería que lo dejara pasar”.
Hay que decir que, por el momento, los abogados de Andrea no han interpuesto la denuncia de manera formal sino que han enviado un requerimiento a la chirigota para que se retracte de la letra, que eliminen todo el contenido de su chirigota en Internet y redes sociales e incluso le instan a que abandonen el Concurso del Gran Teatro Falla.
En LA VOZ hemos consultado al abogado gaditano Adolfo Vigo quien considera que, en estos casos, se puede recurrir al animus iocandi, locución latina que significa “ánimo de broma”, “con intención jocosa”. Es usado por la jurisprudencia penal como un eximente de culpabilidad en el delito de injurias. En este sentido, según el letrado, la denuncia podría no tener mucho recorrido si se tiene en cuenta que se trata de “una burla sin ánimo de dañar el honor o la integridad de la afectada” así como el contexto en el que se encuentra, el Carnaval de Cádiz.
Así pues, a la espera de conocer la respuesta de la chirigota sevillana, por el momento la hija de Jesulín de Ubrique (Pregonero del Carnaval de Cádiz en 1995) lo único que ha conseguido es centenares de comentarios en las redes sociales, tanto a favor como en contra, y casi seguro que le caerá alguna que otra letra durante el concurso porque, como dice algún comentario publicado en internet, “no sabe dónde se ha metido”.