Antonio Rivas es uno de los dioses del Carnaval de Cádiz. Y no sólo porque este año encarne al célebre Momo, sino por la cantidad de grupos del que ha sido autor en las tres décadas que lleva firmando agrupaciones en el COAC. Pero nada dura eternamente. Antonio Rivas, tras 55 agrupaciones, cuelga el pito de caña y se retira.
Lo hace con el cuarteto Matando el gusanillo, quizá porque “es la modalidad más difícil y como nunca lo había hecho, me parecía un buen reto“. Bromea Antonio Rivas con que dejar de escribir para el coro de Julio Pardo y ahora dejar de hacerlo, de manera definitiva, para el cuarteto, es quitarse “poco a poco”.
“Llevo desde los 16 años escribiendo, es hora de probar otras cosas ahora que todavía estoy bien de salud“. Otras aficiones como pintar, tocar la guitarra o hacer senderismo. Quizá el año pasado le escriban un pasodoble para que vuelva. “Igual, ¿quién sabe?” entra en la broma Antonio Rivas mientras conversa con los miembros del cuarteto.