Los cobardes

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Los cobardes

Localidad: Cádiz
Antonio Martínez Ares
Año 2015: No concursaron

PASO POR LA FINAL

San Benigno:
De las muchas cosas buenas que se van a recordar de este concurso de 2016 hay una que tendrá un lugar relevante: el regreso al Falla de Antonio Martínez Ares con una comparsa. ‘Los cobardes’ ha ido calando poco a poco pero profundamente. Ya son pocos los que se atreven a decir que la comparsa no está a la altura esperada. Lo primero que ha tenido que hacer el autor ha sido competir contra su propio recuerdo y a partir de ahí han llegado actuaciones memorables, No ha sido menos la de esta Gran Final. Hay que seguir destacando la maravillosa presentación, ay camaleón, ay camaleón, ay camaleón… El grupo canta de cine. Lo confirma en los pasodobles, ambos de estreno. El primero lo usan para romper una lanza por la independencia de Cataluña, se lo dice un andaluz asqueado de su patria. Cataluña tiene depresión, Andalucía paro; Cataluña, el golfo de Pujol, Andalucía, los ERE; los dos un parlamento lleno de ladrones, que la pela es la pela en las autonomías; Cataluña tiene una lengua, Andalucía un dialecto, pero no nos entienden desde hace siglos en el Congreso; aquí castillos de arena, allí castillos en el aire. Desde este sur sediento no es tiempo de envidias. Si te vas no te llamaré cobarde, que siempre serás parte de mi sagrada familia. No es usual escuchar en el Falla este enfoque sobre el asunto catalán. Este autor nunca deja indiferente a nadie. Segundo pasodoble: San Juan de Dios con Plocia, seis de la mañana. Van haciendo un recorrido por los lugares, olores y sabores del barrio de Santa María, los que recuerdan a épocas anteriores, y siguen por la ciudad, la casa de socorro en la avenida, la vieja playa con sus casetas, el Cine Caleta, gol de Carvallo de falta, la carterilla para San Fernando… Las seis de la mañana, San Juan de Dios con Plocia, no hay más que silencio. Cerrados Los Pabellones qué poco queda del Cádiz de mis recuerdos. Precioso. Los cuplés están tan camuflados como ellos. El popurrí es fantástico, para escucharlo y disfrutarlo mucho. Qué gran noticia que estos camaleones hayan aparecido por el Falla. Y ojo, que amenazan con quedarse.

El Maligno:
Tal vez sea que no estaban tan seguros como otros días con la letra, pero los pasodobles no han sonado tan bien. Sí, exigente y malaje. Eso es lo que hay.

Antonio Muñoz de la Vega

PASO POR SEMIFINALES

San Benigno:
Menos mal que una racha de levante (perdón, un viento de trece años) le sopló en la carita a Martínez Ares, porque si no nos perderíamos esta comparsa. Y no solo eso, sino que nos hubiera dejado sin el mayor aliciente en un año para el recuerdo en la modalidad. No sé si ganará, ni siquiera si pasará a la Final, pero este autor ya ha conseguido algo muy importante, que el aficionado esté pendiente de cada palabra que sale de la boca de los niños camaleones. Porque las obras de arte hechas pasodoble tenían que llegar y hemos escuchado una. Ay camaleón, ay camaleón, ay camaleón, qué barbaridad, cómo cantan. Otros que escuchan lo de campeones, campeones. Tuvieron el detalle de lucir en la chaqueta un lazo negro con una hoja de hierbabuena, en homenaje a María. Dicen en el primer pasodoble que el himno de mi patria nunca tendrá letra, es solo un chunta chunta que enciende la mecha entre todos los países de este país. El himno es una mano con camisa nueva, una mano negra y progresista, la misma que a manos llenas se lleva los maletines a Suiza. Es la vieja alianza entre Iglesia y Estado. El euro es el invento para hacernos más pobres. Es la fiesta de un pueblo que goza matando. Mi patria tiene un himno que abuchea la gente porque la vieja guerra en la cuneta sigue presente. El himno suena a himno muerto. Suena a colegios sin comedores, a cornetas de legionarios, a fútbol y tonadillas, a fiesta nacional, a América sangrando por nuestra hispanidad. El himno de mi patria es una patraña. El verdadero himno, el de todos, es irnos muy lejos de España. Juega con las palabras para acabar esta letra tremendamente crítica con la situación del país. Atención a lo que viene ahora: Las dos de la mañana, ya empiezan de nuevo. Una noche de estas habrá una desgracia. La pobre como llora, hasta a mi me da miedo. Cualquier día te mato, después me suicido. A ver qué te has creído. Lo decía mi madre, que eres demasiado bueno. Quién te llama, quién te escribe mensajes. No quiero respirar para no hacer ni ruido. Tantas amigas, tanto internet. Pase lo que pase esto no va conmigo. Cada vez es más fuerte su dolor y mi silencio. Seguro que mañana cómo si nada y todos tan contentos. Se escuchan gritos, se oyen golpes. Yo soy el hombre. Llamo o no llamo… No vales para cocinar ni para la cama. Dios mío, los niños piden auxilio. Mira a tus hijos por última vez. Son cosas de pareja, no me puedo meter. Las tres de la mañana, ya está, se han callado. Abra, la Policía, a su vecina María la han matado. No sé si usted se ha enterado. Qué difícil es escribir algo así. Se mezclan los pensamientos, las palabras; la realidad se impone tozuda. Cuánto cobarde. Los cuplés no destacan. Pero el popurrí… ay qué popurrí.

El Maligno:
¿Pues sabes qué te digo Martínez Ares? Que no tienes forillo y que en verdad no son camaleones, que están disfrazados, y que… yo que sé quillo.

PUNTUACIÓN: ****

Antonio Muñoz de la Vega

PASO POR CUARTOS DE FINAL

San Benigno:
Si el regreso de Martínez Ares al Concurso había despertado una expectación sin precedentes, este segundo pase no se queda atrás. Se ha hablado mucho en estos días de la necesaria reacción, de los posibles cambios, de la necesidad de digerir una apuesta que a la primera se quedó a medias para muchos aficionados ávidos de escuchar las genialidades del niño. Por eso había tantas ganas de volver a disfrutar de ‘Los cobardes’. Salen los camaleones y se desatan las pasiones en el teatro. La presentación suena como en los mejores tiempos. Impresionante. Si la mujer bonita a que la quieren conquistar es Cádiz, ya la tienen entregada. Me tienen loquito hasta a mí, que soy un hombre bonito. Se meten en la piel de una mujer en el primer pasodoble. Recuerdan a su marido que fue en una Nochevieja, como hoy, ibas con tus amigos, me tropecé contigo y ya supe que nunca te iba a dejar. Nos dimos un beso. Solo pensarlo y me palpita el pecho. He pedido permiso para abrir el balconcito, he escondido champán, pero solo un sorbito. Toma tus doce uvas, tranquilo, que no pasa nada. Una campanada por cada momento vivido. Los van enumerando. Acaban las campanadas y se chocan con la realidad. Por única respuesta recibe un ¿quién eres, que no me acuerdo? En la segunda copla vienen a avisar al colegio de que su hijo del alma no va a volver. Anoche se fue. En un cuaderno escribió una carta de amor, una derrota. Quieren que la lean y después le pongan nota. Dígame por qué estaba tan triste, por qué quiso matarse. Dígame que no es cierto lo que él mismo dice. Once años tenía y ha saltado al vacío. La ciencia de la vida para los restos hemos suspendido. Era un chiquillo bueno y brillante y por lo visto acosado y humillado por cuatro cobardes. Usted tiene la llave para que no ocurra más. No olvide que se llama Diego. Solo vine a avisarle de que esto aquí no acaba. Bienvenido al infierno, aquí está su cuaderno, pero antes de leerlo cierre muy bien su ventana. Más potente esta segunda letra. En una sola frase es capaz de despertar la piel. Un cuplé a las maravillas que hacen con su lengua y otro a los problemas de aparcamiento en la ciudad. Justitos. El popurrí confirma la primera impresión: es buenísimo.

El Maligno:
Pues qué palo, ni han cambiado la música, ni se han puesto forillo, ni han fichado a Messi, ni ná. El pasodoble al Alzheimer me deja a medias. Ya me entiendes…

PUNTUACIÓN: ****

Antonio Muñoz de la Vega

PASO POR PRELIMINARES

San Benigno:
Qué nervioso estoy Dios míoooooo… Cuando creíamos que nunca íbamos a vivir este momento la vida nos sorprende y Martínez Ares vuelve a regalarle a Cádiz otra comparsa. Era tal el ambiente en el teatro desde que dos horas antes de la función entraron los primeros espectadores que cuando estaban a punto de presentar a ‘Los cobardes’ los presentes apenas alzaban la voz, solo un murmullo ensordecedor. Había tensión, estaba claro. Y ganas, sobre todo muchas ganas. Varias generaciones crecieron con sus coplas y otra con su leyenda. Ahora es presente y vuelve a lo grande. Los cobardes son camaleones. Un tipo colorido que ya promete. Y suena el bombo, se le une la guitarra. El sello del Niño sigue intacto. Viento que trece años me ha soplado en la carita, un hombre cobarde no conquista a una mujer bonita. Esa mujer es Cádiz. Cuántos niños camaleones que atienden cada año a su llamada para mimetizarse y darle voz. Vaya voces. Vaya presentación. El teatro se cae. Muchos años lleva Cádiz esperando un pasodoble de Martínez Ares. Ahí va. Con quince nuevos locos hoy vuelvo a mi mundo. No sé si soy el que era, el tiempo dirá. Tacita de mi alma, los siento, lo siento. Los siento corazón, pero es que el Niño niño había muerto y prefería marcharme a profanar este teatro. Ya cerré las heridas, se fue la tristeza. En mi cara se lucen pinturas de guerra. Canta de nuevo, canta a tu madre. Aquí me tienes, mil años tarde, pidiendo el perdón de un silencio cobarde. Nervioso, ilusionado, con las ganas locas de la primera vez. Por si quedan dudas las despejaré. Mi primera letra a este telón negro. De aquí me sacan muerto pá morirme en tu Caleta. Todo es palabra de Ares. Era necesario que él mismo lo explicara. El segundo pasodoble es para el Patronato, sin ningún respeto. Te ofrezco mi cabeza en bandeja esta noche. Barrigas agradecidas, merienda de negros. Qué poco os duelen estos ladrillos. Tenéis un tufo a mafiosos. Ya no es nuestro teatro, es un cortijo para los talibanes más castizos y vanidosos. Habéis vendido entradas de un pueblo entregado, el sorteo es una estafa, ¿dónde está ese museo? Fuera del Falla, incompetentes. Tenéis montado el gran negocio. Se lo debemos a nuestros hijos, familia, aficionados y al propio Carnaval. Disfrutad de este año porque os vamos a echar. Pues no se ha guardado nada Martínez Ares. Cuplé para alegrarse de que nadie más le vaya a decir aquello de Antonio vuelve. A la Teo esto no le pasa. El segundo a los regalos de su banco. Abre las Puertas de Tierra otra vez, ay camaleón. Musicalidad pura en el popurrí. Que el amor nos salve por los siglos de los siglos (y que nos lo cante esta comparsa). Quién dijo miedo, no hay nada que perder. Reparto de palos para la derecha y la izquierda, para oriente y occidente, para el norte y el sur. Qué bonito le canta a Cádiz. Late el corazón deprisa para avisar de que casi se ha acabado, que aún queda mucho por contar. Y al Falla se le escapa el aliento contenido por saber que ha vivido un momento histórico. Bienvenido a casa.

El Maligno:
Ay Antonio, con la de pasodobles tuyos que he cantado toda la vida y va a resultar que este no lo voy a poder cantar. Qué difícil seguirle el ritmo chiquillo.

PUNTUACIÓN: ****

Antonio Muñoz de la Vega