Rubén Vargas se examina de bioquímica carnavalesca

 

Su chirigota ya no es la de La Viña, ni la de Manolín, ya es, con todas las letras, la chirigota de Juan Carlos Aragón. El público no ha tardado en identificarla como tal, y por eso anoche todo el mundo estaba pendiente de ‘Los antesdeayesterday’. Uno de sus componentes, Rubén Vargas, vivió ayer una jornada desconcertante. Por si fueran pocos los nervios del debut en el Concurso, se tuvo que enfrentar a los de un examen de Bioquímica. De la Facultad de Medicina al teatro en un trayecto mínimo, de 30 metros, que se le hizo eterno. Todo el día llevó.

7.30 HORAS

Aunque trabaja como enfermero en Urgencias del Hospital Puerta del Mar, Rubén es un tipo inquieto, tanto que, además de para trabajar, ensayar con su chirigota y estar con su familia, saca tiempo para estudiar Medicina. Ayer se tuvo que levantar muy temprano, tenía que darle un último repaso a sus apuntes de Bioquímica para el examen que tenía a las doce de la mañana. Aún así, como siempre que actúa, buscó un hueco para desayunar en un bar de su barrio, La Viña, y de ahí, directo a la Facultad.

12.00 HORAS

Llega a Medicina, saluda a sus compañeros, casi todos más jóvenes que él, y se pone delante de un folio en blanco. A las dos sale, más contento de lo que él mismo esperaba. «Al final voy a aprobar y todo, y eso que hoy solo tenía cabeza para la chirigota», reconoce. Y nada más salir, en la misma plaza Fragela, se encuentra con un compañero de la chirigota. «Este es Mario, el ‘alma mater’ de la chirigota y el gran responsable de que ahora estemos con Juan Carlos», lo presenta. Mientras tanto se acerca a la puerta trasera del Falla. «Me gusta tocar el escenario antes de salir a cantar», dice.

17.00 HORAS

A lo largo de la tarde Rubén se va reuniendo con el resto de componentes de la agrupación. Tienen mucha experiencia, pero están especialmente nerviosos. Saben que el público espera mucho de ellos. «Nosotros vamos a por todas. La chirigota es Juan Carlos en estado puro, incluso hemos dejado nuestro estilo de lado para adaptarnos al suyo», cuenta. Y de ahí, al Falla en un salto con la seguridad de quien lleva un repertorio redondo, pero la incertidumbre de saber que el éxito o el fracaso depende de que el tipo cale en el público.